Un paseo por las Habitaciones del Emperador
Hay rincones en la Alhambra que nunca te cansas de visitarlos. A mí me pasa con las Habitaciones del Emperador, conocidas popularmente como las Habitaciones de Washington Irving (1783-1859), en homenaje al escritor norteamericano autor de los famosos Cuentos de la Alhambra, que se hospedó en ellas en 1829. Es como si de repente viajaras en el tiempo y descubrieras una Alhambra diferente dentro de la propia Alhambra. Durante el mes de diciembre, es el espacio del mes. Os recomiendo que lo disfrutéis en este tiempo ya que, por motivos de conservación, se encuentra habitualmente cerrado al público. Leo en la Guía oficial de la Alhambra que cuando el emperador Carlos V visitó Granada en 1526 quiso alojarse en la Alhambra y que, por esta razón, unos jardines situados entre el palacio de Comares y el de los Leones se habilitaron para adaptarlos como habitaciones del emperador y recibieron destacados elementos decorativos. Se accede a estas habitaciones por una puerta abierta que en época nazarí fue una ventana, situada en la alcoba izquierda de la sala de Dos Hermanas, en el Palacio de los Leones. En el recorrido pueden verse las bóvedas del ?hammam?, con sus claraboyas, así como la habitación principal de su planta alta. Después, entramos en el Despacho del Emperador. ¡Fijaros en la gran chimenea y en el escudo de mármol que se encuentra sobre ella! Puedes ver los símbolos del Emperador: las columnas de Hércules, de origen mitológico, que indican el límite del mundo conocido en la Antigüedad, en las que se incluyó el lema ?PLUS ULTRA? (?más allá?); el águila de los Habsburgo, con doble cabeza, símbolo del Sacro Imperio Romano Germánico, y la corona imperial. El artesonado de cuarterones es otra de las ?joyas? de las Habitaciones del Emperador. Fue diseñado en 1532 por el arquitecto Pedro Machuca, autor del proyecto del Palacio de Carlos V. Después, se accede a los dormitorios imperiales. Como anécdota, la que describe la Guía de la Alhambra, que cuenta que en el siglo XVII se difundió la leyenda popular de que en ?en este cuarto engendraron el Emperador Carlos y la Emperatriz doña Isabel, su mujer, al Rey don Felipe II? Os recomiendo que no perdáis detalle cuando entréis en la sala de las Frutas, cuyo techo fue pintado en 1537 por Julio Aquiles y Alejandro Mayner, discípulos de Rafael Sanzio y Giovanni de Udine. Los dibujos reproducen los productos de las huertas que rodean la Alhambra, siguiendo con la tradición de los bodegones en los palacios italianos. Aprovechad la ocasión de acceder a este espacio, en el que la integración de lo musulmán y lo cristiano con el paisaje se hacen realidad.