Torre y arco del agua
La mayoría de las torres del recinto amurallado de la Alhambra pueden agruparse según las distintas funciones que desempeñan. Alguna presenta cierta singularidad que la hace completamente diferente del resto. Es el caso de la torre del Agua, una de las mayores de la Alhambra en tamaño.
A pesar de que a mediados del siglo xx no quedaba de ella más que su base maciza al ser una de las que más sufrió las detonaciones de la Guerra de la Independencia, se reconstruyeron sus muros exteriores. Esta torre debió de desempeñar un papel esencial, pues en la base de su cara norte se produce la entrada de la Acequia del Sultán, que surtía de agua a toda la Alhambra.
Poco se conoce de su pasado árabe, pero, por la importancia que tuvo el agua para la supervivencia de la fortaleza, todo este sector de la Alhambra, en temprana fecha, fue reforzado por los Reyes Católicos, bajo la dirección de Ramiro López, artillero mayor, quien aumentó el grosor de los muros y adaptó el foso a las necesidades de la defensa.
La torre se ubica junto a la Cuesta de los Chinos, entre Partal y Generalife, y está adosada al Arco del Agua, por donde discurre la principal acequia que aporta las aguas del Darro. En el lado oriental de ese arco, en la llamada huerta de Fuentepeña, se conserva aún en muy buen estado y en uso, el arca de Fuentepeña, lugar donde el agua que llegaba por la acequia se dividía en ramales hacia la fortaleza y palacios reales, Torres Bermejas, la Churra, Mauror, Antequeruela y Realejo. La misión de la torre sería proteger la acequia y las infraestructuras adláteres.
En época cristiana, la torre del Agua estaba conformada por dos pisos y un sótano. En el sótano había unas bóvedas que eran usadas como caballerizas. La escalera se iluminada por dos ventanucos. En el segundo piso había dos estancias, y los suelos de todas las habitaciones de la torre eran de yeso y tierra. A la vivienda le correspondía en el exterior de la torre un huertecillo orientado hacia el sur. También le pertenecía a la torre un corral para animales.
La torre sufrió mucho durante la ocupación napoleónica y tras las voladuras de las defensas alhambreñas se perdió noción de cómo se distribuía su interior. De la torre solo quedó la parte baja, y sobre esos restos, durante las guerras carlistas, se levantó en altura, para devolverle, al menos, la altura de las murallas contiguas. La torre se encontraba en una de las zonas más vulnerables y desprotegidas de la Alhambra pues se encontraba a menor altura que los alcores colindantes. A mediados del siglo XX de la torre solo quedaba su base maciza, se levantaron sus actuales muros, y aunque vacía, respetando la consabida altura de tres pisos que debió de tener en origen.
El arco del agua que hoy existe fue rehecho en 1701 con piedras de Alfacar, y se derribó el original de época árabe que era de argamasa y estaba cediendo en su clave y dificultaba el discurrir del agua. En 1961 se arregló el acceso del agua a la fortaleza por el acueducto, y en 1973 se mejoró el acueducto interior de la fortaleza cercano a la torre del Agua y el repartidor de aguas. En tiempos de Prieto Moreno se construyó a poca distancia del arco del Agua, el puente peatonal de conexión entre el Generalife y la Alhambra, imitando su aspecto exterior.