Patio de Lindaraja, un paraíso cerrado
El Jardín de Lindaraja aparece en el siglo XVI al edificar las llamadas Habitaciones de Carlos V, que se comienzan a cerrar en tiempo de los Reyes Católicos con la construcción de unas primeras estancias. Contiguo al Patio de la Reja tiene estructura semejante pero un ambiente ciertamente diferenciado por su carácter claustral. El Patio de Lindarajaadopta su nombre del mirador que lo preside en su cara meridional. Su nombre proviene de la descomposición de las palabras árabes que la forman: “Lin-dar-Aixa”, que quiere decir, “Casa de la Sultana”.
Llamado también Jardín de Daraxa o Jardín de los Naranjos, era un espacio abierto hacia el Albaicín, hasta que entre 1526 y 1538 se cierra el patio, al edificar las dichas habitaciones imperiales alrededor de la fachada norte del Palacio de los Leones, así desaparece el lugar donde hubo un mirador y se crea un patio de crucero umbrío y misterioso, cerrado por tres crujías.
El centro está ocupado por una fuente de piedra deSierra Elviray diseño barroco, colocada en 1626, cuya taza superior es, desde marzo de 1995, una copia de la original árabe que actualmente se encuentra en el Museo de la Alhambra.
Se desconoce qué vegetación crecía en el siglo XIV en el Patio de Lindaraja, pero bien podían ser naranjos o ricas variedades de flores y frutas. Todo ello sólo podía crecer si era artificialmente irrigado para sobrevivir a los secos y calurosos veranos de Granada.
El ajardinamiento actual procede de la segunda mitad del XIX, momento en el que las fotografías de Laurent lo muestran con los setos y los cipreses jóvenes. El trazado de los setos es el propio de ese momento, con formas geométricas rectas y curvas muy similares a las que se ven en otros jardines de la misma época. Estos trazados vienen a sustituir los predominantemente rectos de etapas anteriores.
El espacio está dividido desde entonces por setos de boj (Buxus sempervirens), presentando en el interior de los cuadros agapantos (Agapanthus africanus), con sus sobrias flores moradas de verano y en el centro unas magníficas peonías (Paeonia suffruticosa) cuyas flores rosas adornan el espacio en primavera. Además, contiene cipreses (Cupressus sempervirens) que originalmente serían unas pequeñas columnas verdes (puros), pero que periodos de abandono han permitido que se conviertan en ejemplares arbóreos de más de 20 metros, proporcionándole un matiz decadente tan característico de este patio.
Las referencias a lo largo del siglo XIX han consolidado este patio como uno de los rincones románticos de la Alhambra, una de las estancias más espectaculares por su exquisitez y belleza, habiendo quedado reflejado en obras de Sorolla y Rusiñol, entre otros artistas.
BIBLIOGRAFÍA
La Alhambra y el Generalife. Guía oficial (2010). Bermúdez López, Jesús.
Los jardines de la Alhambra y Generalife: información básica (2011). Servicio de Jardines y Huertas del Patronato de la Alhambra y Generalife.
7 paseos por la Alhambra. VVAA. S.A.L. Proyecto Sur Ediciones. 2017.