Paratas del Paseo de las Torres: las huertas de la Alhambra
Los llamados Jardines del Partal, desarrollados en paratas o aterrazamientos, recuerdan los diseñados en la Córdoba Califal durante el siglo X para su ciudad palatina Madinat al-Zahra’, que tuvo una gran influencia en al-Ándalus.
Saliendo de los Jardines del Partal hacia el Generalife encontramos las dos paratas del Paseo de Las Torres, bajo los jardines del convento de San Francisco, hoy parador nacional. La vegetación de las paratas del paseo de las Torres recuerda más a los cultivos hortelanos del Generalife (a los que rinden tributo por estar presentes justo en frente) que a los jardines formales del sector occidental del Partal. Aquí se potencia la presencia de frutales, species agrícolas y especies ornamentales en caballones, al estilo de la producción agrícola. Las terrazas (o paratas) están separadas entre sí y de los inmediatos jardines del Parador por imponentes muros de tapial. Cada una de ellas está dividida en eras de cultivo rectangulares de entre siete a once metros de lado. Nos muestran la belleza del concepto huerto-jardín tan utilizado en literatura jardinera hispano-musulmana.
Las paratas altas suelen cubrirse con planta de flor de estación, como estátice (Limonium sinuatum), velo de novia (Euphorbia marginata), cresta de gallo (Celosia argentea), flor de la miel (Lobularia maritima), marisalar (Bellis perennis), o pensamientos (Viola sp.), acompañados de pequeños frutales: higuera (Ficus carica), peral (Pyrus communis), melocotón (Prunus persica), ciruelo (Prunus domestica), granado (Punica gratanum) o cerezo (Prunus avium). En las paratas bajas, se refuerza habitualmente la composición hortelana de las plantaciones, con habas (Vicia faba), alcachofas (Cynara scolymus), calabazas (Cucurbita maxima), coles ornamentales (Brassica oleracea) o ajos (Allium sativum). También podemos encontrar caballones (lomo de tierra, como el que queda entre surco y surco al arar un terreno o el que se levanta con la azada) de salvias (Salvia coccinea o Salvia splendens). Adosados al muro que los separa del paseo longitudinal peatonal, en las bajas resalta en invierno la delicada textura de los amentos florales de una alineación de avellanos (Corylus avellana y, en el nivel intermedio superior, Corylus maxima). La caléndula (Calendula officinalis), acompaña a modo de tapiz la base de los avellanos. Un gran nogal (Juglans regia), un granado y dos caquis (Diospyros kaki) son los únicos elementos de porte arbóreo.
De gran belleza plástica y acierto jardinero resultan aquí los setos de boj que enmarcan los cuadros de cultivo en las paratas bajas, a los que se han dado formas más sinuosas en su coronación y anchura, lo que contribuye a esa lectura más rural, agraria y paisajística de esta terraza.
Resaltan desde el Generalife estos espacios monocromos de forma muy característica y atractiva para los ojos de la visita pública.
Entre las primeras eras de las paratas altas, por su parte, debe reseñarse un joven, pero ya notable ejemplar de secuoya (Sequoia sempervirens) de casi treinta metros de talla que, aunque extraño en el lugar, posee gran belleza ornamental. Por encima, asomados desde la terraza inferior de los jardines del Parador, se elevan también imponentes dos cedros del Himalaya (Cedrus deodara).
Al final de las paratas y frente a la Torre de la Cautiva, encontramos un pequeño jardín de sombra con algunas especies singulares de helechos como el falso trébol de cuatro hojas (Marsilea sp) o el filipodio (Pteris vitatta).
BIBLIOGRAFÍA
La Alhambra y el Generalife. Guía oficial (2010). Bermúdez López, Jesús.
Plantas de la Alhambra (2017). De la Cruz Márquez, Rafael; García Montes, José Manuel.
Los jardines de la Alhambra y Generalife: información básica (2011). Servicio de Jardines y Huertas del Patronato de la Alhambra y Generalife.