Más allá del convento
El actual Parador Nacional de San Francisco, antiguo convento franciscano, se encuentra rodeado de jardines. Los situados en su zona exterior meridional ocupan parte de la Medina Alta, hoy también conocida como Secano.
Esta debió constituir en época nazarí el ámbito de población artesanal más importante de la ciudad palatina. Del entramado de casas, talleres y callejas medievales de tipología similar a barrios de muchas ciudades del norte de África, es posible identificar una tenería, varias industrias alfareras y amplias naves que corresponderían a almacenes o talleres. Es posible que existiese una ceca? Nazarí, dado el hallazgo de una moneda, expuesta hoy en el museo de la Alhambra.
Esta medina fue muy transformada por los pobladores cristianos después de la conquista hasta casi hacerla desaparecer. Varios siglos después, tras la retirada de las tropas napoleónicas de ocupación en 1812 y sus bombardeos, todo este sector quedó abandonado y convertido en un erial que fue llamado modernamente “Secano”. A mediados del siglo XX se inició un programa arqueológico de desescombro y consolidación de toda la zona. El arquitecto Leopoldo Torres Balbás recuperó parte del viario de la medina y plantó en los márgenes de la calle hiladas de cipreses (Cupressus sempervirens) que simulan fachadas. A los pies de estos cipreses encontramos setos de arrayán (Myrtus communis), especie nazarí por excelencia.
Torres Balbás, utilizará los vegetales, casi exclusivamente el ciprés, como material para hacer visible el espacio restaurado, evitando que en esas intervenciones se confundiese la restauración con el material original. Estas formaciones vegetales, llamado arte topiario, pueden durar hasta 100 años, dada la frecuencia de las podas y las distintas técnicas de sujeción de las que son objeto.
En esta zona elevada, donde destacan las imponentes vistas de Sierra Nevada, se detectó un edificio importante o un palacio, por su extensión. El núcleo lo constituye la gran alberca naturalizada que centra un patio alargado sobre el que se situarían las habitaciones. A su lado podemos ver la actual pérgola elevada con una parra (Vitis vinifera) donde estaría el acceso.
La alberca es un importante núcleo para la vida acuática de la Alhambra, se pueden encontrar diferentes especies de anfibios presentes en ella. En su interior hay plantadas caras (Chara spp.), un tipo de alga que mantiene limpia el agua. Además tenemos plantas con flores que son capaces de vivir dentro del agua, como los nenúfares (Nymphaea alba). Los cantos de las ranas en primavera dejan entrever la calidad del agua presente en ellas.
Los jardines están compuestos por varios cuadros de flor, con diferentes variedades de rosales clásicos perfumados, de colores rosas, blancos, rojos, amarillos, lilas y fucsias. Esta rosaleda está enmarcada por setos de boj (Buxus sempervirens) y en menor medida de arrayán.
Tres impresionantes palmeras canarias (Phoenix canariensis) un gran pino carrasco (Pinus halepensis) y una bailarina de ciprés domina el paisaje de los Jardines de San Francisco. Las palmeras son especies tremendamente interesantes, crecen sobre los restos de sus hojas. El pino carrasco (de natural distribución mediterránea) parece haber encontrado en el sustrato de la Alhambra el suelo ideal para crecer.
Además, encontramos naranjos (Citrus aurantium), granados (Punica granatum), árboles de júpiter (Lagerstoemia indica) con su característica poda, forsitias (Forsythia x intermedia), celindos (Philadelphus coronarius) macasares (Chimonanthus fragans) y adelfas (Nerium oleander) que completan la fisionomía de estos maravillosos jardines.
BIBLIOGRAFÍA:
La Alhambra y el Generalife. Guía oficial (2010). Bermúdez López, Jesús.
Los jardines de la Alhambra y Generalife: información básica (2011). Servicio de Jardines y Huertas del Patronato de la Alhambra y Generalife.
Casares M & Tito J. La bailarina del Generalife. CC Alh 35 1999
Tito Rojo J. Leopoldo Torres Balbás, jardinero. El Fingidor 2004