Los “Goya” del Carmen de Peñapartida
En la National Gallery de Londres está expuesto el cuadro Retrato de la Señora de Porcel, de Francisco de Goya. Este lienzo guarda una gran relación con la Alhambra, concretamente con el Carmen de Peñapartida, también conocido como de los Catalanes.
En esta finca, situada en la colina del Mauror, hoy propiedad del Patronato de la Alhambra y Generalife, vivió el matrimonio Porcel. Antonio Fernando Porcel nació en Mairena, un pueblo de la Alpujarra granadina, en 1775. Estudió en Granada y se graduó en la Universidad como bachiller en leyes. Marchó a Madrid para buscar mejor posición social y allí desarrolló una carrera política vertiginosa. Tras enviudar previamente, en 1802 contrajo matrimonio con Isabel de los Cobos, que era natural de Ronda y más joven que él.
Porcel tenía relaciones de amistad con casi todas las personas notables de su tiempo y, muy particularmente, con Francisco de Goya. El pintor frecuentaba la casa del matrimonio en Madrid y, en gratitud por su hospitalidad, dedicó sendos lienzos al matrimonio. Don Francisco sabía que aquellos retratos se iban a apreciar por los retratados. Pero lo fueron aún más porque quedaron como testimonio vivo de unos años de felicidad que no volvieron a encontrar en la vida; y tampoco el artista, escribe Emilio Orozco Díaz en el número 2 de Cuadernos de la Alhambra (1966).
La invasión francesa cortó violentamente esos años tranquilos. Antonio Porcel hubo de abandonar Madrid y sus bienes de allí fueron confiscados. Terminó siendo desterrado y murió desengañado y enfermo en 1832.
La viuda regresó a Granada con dos de sus hijos, pasando largas temporadas en el Carmen de Peñapartida. Allí seguirían decorando las paredes las dos obras firmadas por Goya. Cuando ella murió, dos de sus hijas continuaron viviendo en el Carmen de la Alhambra. En 1887, los hermanos deciden vender los cuadros, aunque encargaron sendas copias, que quedarían incorporadas al Carmen.
Los originales tuvieron destinos diferentes, tal como explica Emilio Orozco Díaz: Los lienzos de los esposos se separaron, seguramente por razón de la belleza de doña Isabel. El interés del retrato femenino, lleno de fuerza y atractivo, elevaría su precio y le abriría posibilidades de mejor mercado.
Tras varias operaciones de compraventa, en 1896 la National Gallery adquirió esta pintura por 405 libras. Por su parte, el retrato dedicado a Antonio Porcel terminó en el Jockey Club de Buenos Aires, donde se destruyó en un incendio. En cuanto a las copias, junto a los escasísimos papeles de la familia, también salieron del Carmen en la última venta.
BIBLIOGRAFÍA
Orozco Díaz, Emilio (1965). Evocación de dos obras de Goya en un carmen de la Alhambra, Cuadernos de la Alhambra (número 2), pp 59-69