La tabla de los bojes, el antiguo vivero de la Alhambra
Una de las características que hace incomparables a los espacios verdes de la Alhambra es su diversidad. En el entorno del monumento nazarí hay jardines históricos, huertas en plena producción o bosques formados por miles de árboles. Hoy nos paramos en un rincón especial que sirve de bienvenida a los visitantes que aceden al monumento por la zona de las taquillas: la tabla de los bojes.
Durante mucho tiempo esta zona fue utilizada como vivero para el mantenimiento de los jardines del Conjunto Monumental de la Alhambra y el Generalife, pero en la actualidad es un espacio naturalizado, densamente poblado, donde el boj convive con magníficos ejemplares de encinas, almeces, avellanos o durillos.
La tabla de los bojes linda con el Paseo de los Cipreses y es atravesada por la Acequia Real, que lleva el agua a la Alhambra a través del cercano acueducto. Ocupa el lugar de las antiguas huertas del Generalife, que se extendían por todo lo que hoy son los jardines, teatro y la zona de acceso al monumento (zona de taquillas y aparcamientos).
Hasta finales del siglo XX, esta tabla se estuvo utilizando como vivero de boj, donde se cultivaban los ejemplares que después adornarían los jardines del conjunto monumental. En el momento en el que se abandonó dicha práctica, los ejemplares residuales se fueron desarrollando y envejeciendo hasta alcanzar las formas tan interesantes que hoy se pueden apreciar. El Boj (Buxus sempervirens) es una planta ampliamente utilizada en jardinería para setos desde el siglo XIX, por influencia de la jardinería francesa. Es una especie muy dúctil y de fácil manejo, lo que permite darle la forma deseada. Le caracteriza un crecimiento lento y una gran longevidad (puede llegar a vivir 600 años). Aunque puede alcanzar gran tamaño, en el conjunto monumental nazarí se ha usado principalmente en la conformación de setos.
La tabla de los bojes también es un interesante refugio para la fauna. No es difícil ver ardillas saltando entre los árboles o escuchar los cantos de las distintas especies de pájaros que viven en este bosquete, como el autillo europeo, el petirrojo europeo o el carbonero común.