La colección Santisteban
En el siglo XX existió en Granada un conocido taller de yeserías dedicado a la
ornamentación escultórica aplicada a la arquitectura. Por una parte, a la arquitectura de interiores
orientalistas de inspiración alhambrista, en boga desde mediados del siglo XIX, y por otra, a la
decoración de exteriores de los nuevos edificios historicistas, en la última fase de la
transformación del centro urbano de la ciudad burguesa.
Este fue el taller “de ornamentación árabe y en todos los estilos” del que Antonio
Santisteban Márquez (Granada 1870-1947) fue propietario en la calle Gran Vía desde 1900,
llamado “La Concepción”. En 1907 Antonio Santisteban empezó a dirigir, además, el taller de
restauración de la Alhambra hasta 1923, bajo la dirección de Modesto Cendoya. Esto le permitió
tener contacto directo con el monumento, del que extrajo muchos de los moldes para sus
grandes construcciones. Más adelante, tras obtener Diploma de Honor en la Exposición
Internacional y Universal de Bruselas de 1910 –donde reprodujo a escala real el Patio de los
Leones de la Alhambra que representó a España en el certamen– se posicionó en el primer
puesto entre los maestros internacionales en el ámbito de la decoración árabe del siglo XX,
convirtiéndose en uno de los orgullos granadinos más valorados de nuestra ciudad en el
extranjero. Este éxito supuso también el impulso necesario para que la estética neoárabe
alhambrista viera ampliada su existencia hasta aproximadamente la primera mitad de siglo, donde
conoció inevitablemente su ocaso definitivo y con ello el olvido de parte de su historia.
La impresionante colección Santisteban procede de la adquisición en 2009 de este
emblemático taller granadino que fue clausurado finalmente en los años 90 del pasado siglo. Se
trata de una colección de gran magnitud –más de mil piezas contabilizadas– entre las que
encontramos yeserías de estilo neoárabe, para sus reproducciones en certámenes artísticos o
recreaciones alhambristas privadas y yeserías de estilo neoclásico, destinadas a la decoración
burguesa de la ciudad. En menor medida, forman también parte de esta colección un conjunto
más reducido de yeserías de uso religioso, casi siempre neogóticas, destinadas a ser instaladas
en espacios sacros de la ciudad.
Dentro de cada uno de estos grupos vamos a encontrar piezas de diferentes tamaños,
desde diminutos diseños destinados a formar parte de programas decorativos de mayores
dimensiones (veneras, palmetas, hojas de acanto, pequeños angelotes, florones, etc.), pasando
por obras de tamaño medio (paños de sebka, paneles decorativos, albanegas, etc.), hasta
grandes arcos, capiteles y otras estructuras arquitectónicas reproducidas a escala real.
La metodología utilizada para el trabajo en el taller utilizó siempre la misma tradición
tecnológica. En primer lugar se diseñaba el programa decorativo con el que se elaboraban los
modelos originales en yeso o escayola. Estos modelos se trabajaban como obras únicas. Sobre
el modelo se realizaba el molde mediante la tradicional técnica llamada “de apretón” de yeso,
escayola o arcilla que serviría posteriormente para reproducir tantos vaciados como fueran
necesarios. Por tanto, según su tipología, podemos distinguir tres tipos de piezas en la colección:
modelos originales, moldes y vaciados de yeso, escayola o de ambos materiales mezclados.
Los modelos originales y los vaciados son piezas casi idénticas entre sí que generalmente se
distinguirán por presentar los primeros una capa de barniz que facilitaba la separación de la pieza
y su molde.
La extraordinaria singularidad de esta colección suscita un enorme interés para la
investigación histórico-artística entorno a la ciudad de Granada y al conjunto de la Alhambra por
sus cualidades artísticas y por su valor patrimonial. Muchas de estas piezas corresponden a los
programas decorativos que este artista diseñó para Granada y que encontramos en los
monumentos, edificios y locales más emblemáticos de Granada, como en la Alhambra –en el
ámbito de la restauración– o las calles Gran Vía y Ángel Ganivet, el palacete del Marqués de
Escoriaza, el interior del Hotel Alhambra Palace, el antiguo Café Suizo o el Cine Aliatar, entre otros
muchos, en el ámbito de la decoración. Gracias a la adquisición de la colección Santisteban
sabemos hoy que la escultura decorativa de Antonio Santisteban forma parte indiscutible de la
identidad artística granadina del siglo XX.
Autora del artículo: Bárbara Alcántara Bernardo