La Alhambra, escenario de cine (I)
La Alhambra ha despertado durante siglos el interés de sus visitantes, algunos de ellos artistas como escritores, pintores o, más contemporáneamente, creadores del mundo del cine. Sus cuidados jardines, el encanto de los palacios nazaríes, sus rincones llenos de magia… todo ha ayudado a inspirar a las personas que han visitado la colina de la Sabika.
Hoy nos centramos en la imagen de la Alhambra en el séptimo arte: el cine. Numerosas producciones tanto cinematográficas como televisivas han elegido la ciudad palatina como escenario de las más diversas historias: algunas históricas, otras de aventuras, románticas o de acción. Como la lista es tan extensa, comenzaremos por los rodajes que tan tenido como protagonistas al bosque de la Alhambra, las puertas de la Justicia y el Vino y el Palacio de Carlos V, según los datos recogido en la obra ‘Granada en el cine’, editada por el Patronato de la Alhambra y Generalife.
BOSQUE DE LA ALHAMBRA
En el bosque de la Alhambra se han grabado varias escenas de diversas producciones cinematográficas. Una de ellas es la que realizó José Val del Omar para su cortometraje Aguaespejo granadino (1955) desde Torres Bermejas. Es una breve escena, en la que se aprecia el transcurso de las horas de forma abreviada, por medio de la técnica del time-lapse, y se le realizan a la vez variaciones de luz mientras se oye al narrador proclamar: “Granada es la eterna frontera de la noche a la mañana. El lugar del encuentro de la piedra con el agua”.
Ya en los años 90, el bosque de la Alhambra también aparece en producciones como Días Contados (1994), dirigida por Imanol Uribe y ganadora de 8 Premios Goya. En este caso, aparece parte de la Cuesta de Gomérez en una toma en la que se puede ver cómo el coche en el que circula la pareja protagonista, Carmelo Gómez y Ruth Gabriel, toma una curva en dirección a un hotel en el que se hospedarán a continuación. De hecho, es el camino real al Alhambra Palace, ya que las escenas grabadas en el interior de un hotel corresponden ciertamente a este alojamiento.
PUERTA DE LA JUSTICIA
La Puerta de la Justicia ha llamado de forma indiscutible la atención de directores de todo el mundo y de todas las épocas. Como ejemplo, basta decir que aparece en producciones de principios del siglo XX y también en algunas recientes.
Esta puerta aparece, por ejemplo, en Sangre y arena (1916), codirigida por Vicente Blasco Ibáñez, o en la francesa El Dorado (1921), ambas películas mudas, así como en la versión de 1981 de Todo es posible en Granada, protagonizada por Manolo Escobar, y en la coproducción euroamericana Muerte en Granada, estrenada en febrero de 1997 y que narra la muerta de Federico García Lorca.
Más recientemente, TVE rodó junto a la Puerta de la Justicia el capítulo final de la segunda temporada de la conocido serie Isabel (2012). En este caso, se utilizaron planos más cercanos y cerrados, para evitar la presencia en pantalla del baluarte defensivo adjunto y del Pilar de Carlos V, ambos posteriores en el tiempo. De hecho, es por esta puerta, custodiada por algunos soldados del rey Boabdil cuando llegan los primeros soldados castellanos, por la que posteriormente hacen su entrada triunfal los Reyes Católicos.
PUERTA DEL VINO
Por la Puerta del Vino se accedía en época nazarí a la medina de la Alhambra, sirviendo de entrada interior al sector residencial y artesano del recinto palaciego. Esa misma función de acceso o entrada fue la que tuvo la Puerta del Vino en la película Simbad y la princesa (1958), protagonizada por Kerwin Mathews y Kathryn Grant y dirigida por Nathan Juran, y que tiene el privilegio de ser una de las cintas de aventuras más famosas de aquella época. En este caso, la Puerta del Vino fue utilizada como escenario en varias ocasiones, y siempre como límite o zona exterior, del palacio del califa. De ese modo, nada más llegar a Bagdad la princesa y Simbad, son recibidos delante de esta entrada por el monarca interpretado por Alec Mango.
PALACIO CARLOS V
Su impresionante patio central circular, rodeado de bellas columnas renacentistas, es una imagen muy atractiva para cualquier director de cine. Otra cosa es la función que quiera darle dentro de la historia de la película. Fue el caso, por ejemplo, del Gérard Oury, director de Delirios de grandeza (1971), que usó el famoso patio circular como lugar donde pesar el oro recaudado. Éste era colocado en una balanza inmensa, sentándose el rey en el otro plato, con objeto de que las monedas sobrepasaron su peso. Una curiosa anécdota de esta escena es que esas pequeñas piezas de oro no eran de metal, sino simple dulces de chocolate recubiertos de brillante papel dorado.
BIBLIOGRAFÍA
Granada en el cine. Zoido Salazar, Iván y Said (2016).