Ibn Ŷayyāb. El primer poeta de la Alhambra
Una de las principales características de a Alhambra es la de contener decoración epigráfica en sus paredes y peculiaridad única en ella la de representar un álbum poético.
La poesía epigráfica de La Alhambra es uno de sus aspectos más relevantes por su gran sentido simbólico, por ello necesitó de un estudiado programa que manifestara la gloria y magnificencia de los mandatarios del reino nazarí.
Los poemas, que dotaban de significado a los palacios y sus moradores, eran escritos en la Secretaría de Redacción, el Diwan al-insa, con rango de ministerio y dónde se redactaba la correspondencia real y de la que formaron parte los tres poetas de la Alhambra, Ibn al-Yayyab, Ibn al-Jatib e Ibn Zamrak.
Abú l-Hasan Alí b. Muhammad b. Alí b. Sulayman b. Hasan al-Ansari, conocido cómo Ibn al-Yayyab, nació en Granada en 1274, de origen humilde y profunda condición religiosa, su apodo parece referir el oficio de su padre, que cosía los bolsillos de las túnicas (yayb, bolsillo).
Entró en el Diwan al-insa cuando tenía unos veinte años y permaneció en él hasta su muerte, llegando a ser arráez del mismo. Con Yusuf I alcanzó el visirato del reino. Fué el más longevo de los tres poetas, y gracias a su extraordinaria habilidad para sortear los cambios en el poder, conoció a seis sultanes, Muhammad II, Muhammad III, Nasr, Ismail I, Muḥammad IV y Yusuf I.
Murió en 1349, durante la epidemia de Peste Negra que asoló a Europa, pero al parecer no de ella. Se le enterró en el cementerio de la Puerta de Elvira y a su entierro acudió el propio sultán.
Su discípulo Ibn al-Jatib, recogió en un diwan o poemario, su obra poética y nos ha llegado un manuscrito de 270 páginas con 219 poemas y que se encuentra en la Biblioteca Nacional de El Cairo. Cómo poeta cortesano que fue, puso su poesía al servicio de los sultanes, y las casidas laudatorias son abundantes en su obra. Poeta muy prolífico, inició un estilo que después seguirán tanto Ibn al-Jatib cómo Ibn Zamrak.
El descubrimiento de su obra escrita ha permitido conocer el lugar que ocupan las poesías que fueron escritas para ser talladas en los palacios granadinos.
Así encontramos poemas suyos en, el Palacio del Partal, 2 poemas de cuatro versos que corren por encima de las ventanas del salón principal; en el Palacio del Generalife, 1 poema de diez versos en el alfiz del arco tripartito del pórtico norte y 2 poemas de cinco versos en las tacas de entrada al salón de éste pórtico; en la Torre de la Cautiva, 4 poemas de ocho versos en las esquinas del salón principal; en el Baño de Comares, 1 poema de seis versos en una taca de la sala caliente.
El hecho de que aún permanezcan anónimos algunos de los poemas grabados en La Alhambra, nos puede hacer pensar que alguno más pueda adjudicársele a Ibn al-Yayyab, a la espera de la aparición de algún texto que así lo indique.
Autor del artículo: Eduardo Ávila Aguilar.