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DEL PATRONATO DE LA ALHAMBRA Y GENERALIFE

10 agosto 2017

El gollete Hirsch

En el Museo de la Alhambra dos son los grandes jarrones tipo Alhambra reconocidos, el Jarrón de las Gacelas y el Jarrón Fortuny-Simonetti, pero hay un tercer jarrón de la Alhambra expuesto que suele pasar más desapercibido porque de él solo se ha conservado su gollete.

Se trata del Jarrón Hirsch. El Jarrón Hirsch toma su nombre del coleccionista suizo-alemán Jacob Hirsch. Hirsch se dedicó al coleccionismo y a la venta de antigüedades, principalmente trabajó  con numismática, pero también formaron parte de su catálogo obras griegas y romanas y destacadas piezas de época medieval y renacentista, entre ellas el gollete de jarrón tipo Alhambra que nos ocupa.

Este gollete estuvo en Sicilia de donde pasó a Ginebra para formar parte de la colección Hirsch. Tras la Segunda Guerra Mundial este anticuario emigró a Nueva York, donde colaboró con el Museo Metropolitano y otros destacados museos, y hasta allí fue también el gollete de jarrón donde fue vendido. En 1975 el fragmento de jarrón estaba en Londres, ciudad en la que lo adquiere un anticuario madrileño. Tras pasar en Madrid de un anticuario a otro, finalmente el Estado español compró la pieza, siendo depositada en el Museo de la Alhambra donde actualmente se puede ver. jacob hirsch.001

Anuncio de las tiendas de antigüedades de Jacob Hirsch en Munich y Paris, aparecido en la revista American Art News en 1919.

El gollete está datado en la primera mitad del siglo XIV y es la única parte que se conserva lo de que debió ser un jarrón de gran formato. No se conoce cómo y cuándo se separó, pero teniendo en cuenta que este tipo de jarrones se hacían por partes es probable que la rotura o separación se produjera por la zona de unión original de fábrica entre el cuello y el cuerpo de la pieza. La pieza se modeló en arcilla rojiza y compacta y está elaborado con reflejo metálico dorado sobre blanco.

Para su fabricación hicieron falta  tres cochuras: la del jarrón “bizcochado”, la del vidriado blanco y la del dorado, lo que implicaba una gran dificultad técnica y maestría de los alfareros que lo llevaron a cabo, sobre todo teniendo en cuenta el gran tamaño que debía tener el jarrón y la complejidad de tornear y vidriar una pieza de semejantes  características. Su forma es bitroncocónica.

La parte principal del cuello aparece dividida en ocho franjas decorativas separadas entre sí por nervios que ascienden hasta el borde y se enroscan a modo de volutas vegetales.  De las ocho franjas, tres de ellas conservan en perfecto estado el dorado, en las adyacentes a éstas la decoración aparece borrosa y manchada por vidriado azul, y el resto la ornamentación se ha perdido.

Los motivos decorativos de las franjas siguen un ritmo usual en piezas similares, alternando la decoración de sebka con la decoración epigráfica y vegetal, en concreto en esta pieza:

  • Las franjas de los ejes, coincidiendo con la zona en la que estarían ubicadas las asas y de cuya presencia queda la señal, presentan decoración de sebka. La composición se organiza siguiendo un esquema  romboidal muy sencillo de arcos entrecruzados de palmas, con una forma de palmeta central muy estilizada rellena de un minúsculo ataurique.
  • Las franjas laterales están ornamentadas con decoración de palmas dobles lisas que siguen un desarrollo vertical sobre un eje central de simetría.
  • Las franjas centrales tienen como tema decorativo epigrafía cúfica con ápices muy geométricos, pero no se puede apreciar con exactitud debido a que el vidriado aparece corrido y tintado en azul.

R 4637a En la parte inferior el gollete conserva una serie de molduras que enmarcan una banda horizontal con decoración geométrica de lazo formada por dos cintas en reserva de blanco que se entrelazan y cruzan sobre un fondo dorado. Arriba y abajo de esta franja central destacan otras de menos tamaño con ornamentación de formas triangulares en blanco y dorado a modo de espiga. Esta pieza tan viajera hoy se puede contemplar en la sala VII del Museo de la Alhambra.

Bibliografía: CASAMAR, Manuel. Gollete de jarrón. Arte islámico en Granada. Propuesta para un Museo de la Alhambra. Granada: Comares, 1995. P. 480. MARINETTO SÁNCHEZ, Purificación. Gollete Hirsch. Los jarrones de la Alhambra. Simbología y poder. Madrid: Patronato de la Alhambra y Generalife, 2006. Pp. 170-171. MARTÍNEZ CAVIRÓ, Balbina. La loza dorada y los jarrones de la Alhambra. Los jarrones de la Alhambra. Simbología y poder. Madrid: Patronato de la Alhambra y Generalife, 2006. Pp. 45-58.

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