El friso epigráfico nazarí de la torre de la Cautiva. La técnica de la incrustación en la cerámica arquitectónica.
En el arte nazarí la decoración cerámica aplicada a la arquitectura medieval alcanzaría una gran maestría con el desarrollo de diversas técnicas ornamentales que aportaron sutiles efectos cromáticos, de luz y movimiento.
Con la finalidad de ornamentar, pero también de proteger la arquitectura de la humedad y del roce, el alicatado nazarí alcanzó una gran profusión y refinamiento, tanto en zócalos y frisos de paramentos, como cubriendo fustes entregos o solerías de habitaciones. Sin embargo, a pesar de las distintas variantes decorativas empleadas, el alicatado se utilizó exclusivamente para representar temas de desarrollo geométrico. La introducción en la cerámica arquitectónica de composiciones vegetales y epigráficas se realizó a través de otras técnicas, como la incrustación.
La incrustación ‒aunque existen variables dependiendo de la complejidad‒, consistió en tallar y ahuecar espacios decorativos en azulejos de barro cocido y vidriado monocromo (placas-base), pero sin llegar a calar por completo la pieza. Una vez fijados las placas-base a la fábrica mediante un pegue químico (mortero) y mecánico (clavos metálicos), en los huecos se incrustaron pequeñas piezas cerámicas vidriadas de distinto color y grosor al de la base (piezas de incrustación), obtenidas también de la talla de azulejos. De esta manera, las cabezas de los clavos quedaban ocultas, por debajo de las piezas incrustadas.
Las distintas placas-base o azulejos se adaptaron a los lugares a ornamentar. La alta complejidad de la técnica residía tanto en el empleo de arcillas adecuadas, como en el diseño y traza de la composición ornamental, el ahuecado de las placas ‒sin atravesar la superficie‒, y la talla de las pequeñas piezas de incrustación. Finalmente, el propio proceso de incrustación exigía una gran pericia puesto que suponía acoplar cada pieza en el lugar correcto, intentando asegurar un correcto encaje y nivelación de las uniones entre placas-base y piezas de incrustación.
La identificación de la incrustación in situ es complicada, lo que ha supuesto que muchos de los ejemplares existentes en la Alhambra hayan sido singularizados como alicatados. En comparación con el alicatado, la incrustación permitía obtener una decoración formalmente más libre y variada, con la introducción de fórmulas ornamentales distintas al geometrismo, destacando las composiciones vegetales y epigráficas. Sin embargo, habitualmente combinó tan sólo de dos o tres tonalidades de colores fríos, siendo en el sentido cromático más pobre.
El testimonio nazarí más antiguo se encuentra en el Cuarto Real de Santo Domingo. Sin embargo, es en la Alhambra donde se localiza un mayor número de ejemplos ‒tanto in situ, como en su museo‒, que muestran la ornamentación de arcos y dinteles de puertas, junto a zócalos, frisos y rodapiés de exclusivos espacios palatinos.
En la torre de la Cautiva se conserva en su estancia principal un zócalo decorado con paneles de un alicatado geométrico. Destaca la caligrafía coránica en cursiva que se desarrolla en el friso superior, perfilado por dos cintas.
En el fondo del Museo de la Alhambra existe un fragmento del friso (R. 1294) que se ubicaría en una de las lagunas, en concreto en la esquina suroeste (azora de “El alba”, Corán 113). Su procedencia, en principio desconocida, fue asignada por sus características técnicas y decorativas.
En este ejemplar se talló el fondo de una placa-base de color azul, de manera que los motivos decorativos y las cintas quedaron en positivo, mientras que las zonas rehundidas correspondían con el fondo o relleno de la composición ornamental en blanco.
En los espacios en los que se han perdido las piezas de incrustación se observan los restos de mortero de yeso que actuó como enlace o pegue químico.
Otros paralelos cronológicos se han detectado en el arte meriní, constatando la continuidad de la técnica en la etapa morisca granadina, especialmente en los paneles cerámicos conservados en el Mexuar y en un conjunto de piezas del Museo de la Alhambra.
Autora del artículo: Paula Sánchez Gómez, arqueóloga, historiadora y documentalista.
FUENTES:
- MARINETTO SÁNCHEZ, P. (1995). “Azulejos con incrustaciones”. Arte islámico en la Alhambra. Propuesta para un Museo de la Alhambra. Granada: Patronato de la Alhambra y Generalife, p. 293.
- MARINETTO SÁNCHEZ, Purificación. “Cerámica arquitectónica nazarí. Algunos ejemplos de piezas pintadas”. En: XIII Congreso del CEHA: Ante el nuevo milenio, raíces culturales, proyección y actualidad del arte español, I. Granada: Universidad, 2000, pp. 153-166.
- PUERTA VÍLCHEZ, José Miguel. Leer la Alhambra. Guía visual del Monumento a través de sus inscripciones. Granada: Patronato de la Alhambra y Generalife y Edilux S. L, 2020, p. 307.
- SÁNCHEZ GÓMEZ, Paula; PÉREZ ASENSIO, Manuel y RUBIO DOMENE, Ramón Francisco. “La técnica de la incrustación en la cerámica arquitectónica nazarí”. En: Actas del XVII Congreso de la AC: En torno a la cerámica medieval de los ss. VIII-XVII. Ojós (Murcia): AC, 2020, pp. 301-323.
- SÁNCHEZ GÓMEZ, Paula; PÉREZ ASENSIO, Manuel y RUBIO DOMENE, Ramón Francisco. “La técnica de la incrustación en la cerámica arquitectónica de la Alhambra: pervivencia y cambio en la época moderna”. En: Actas del Congreso Internacional El Conde de Tendilla y su tiempo. Granada: Universidad, 2018, pp. 805-830.
Stella / 3 years ago
Las composiciones geometricas de la decoracion nazari se basan en el concepto de teselacion, es decir, el recubrimiento del plano mediante figuras de modo que no queden espacios intermedios entre ellas ni existan superposiciones. Los artistas nazaries recurrieron a esa formula en muchos de sus disenos, pero tambien plantearon otras soluciones mas imaginativas, sometiendo a los poligonos regulares a todo tipo de transformaciones para obtener nuevas figuras con las que se podian componer mosaicos, frisos y rosaceas o ruedas de patrones tan sofisticados como armonicos. Desarrollada por los musulmanes en su intento por emular los mosaicos grecorromanos y bizantinos, la tecnica del alicatado consiste en cortar piezas de ceramica vidriada monocromas mediante unas tenazas o alicates para obtener fragmentos de distintos tamanos y formas geometricas, que posteriormente se colocan a modo de puzle unos al lado de otros, siguiendo un diseno previamente trazado.
Kate / 3 years ago
Es la mas antigua de las entradas de la Alhambra, a la que se llega desde la orilla del Darro, bordeando la torre de la Vela y terminando debajo de la torre de las Armas, en la parte norte del recinto. Tambien llamada de la Explanada. Al sur del recinto, constituye la mayor de las torres-puertas nazari y la principal desde el dominio cristiano. Esta formada por un arco de herradura apuntado de ladrillo. Fue construida y abierta en 1348, bajo el reinado de Yusuf I. En el centro de la clave puede verse el relieve de una mano (senal de bienvenida y para combatir el mal de ojo). Mas adentro se abre una segunda fachada de menores dimensiones, tambien con arco de herradura. Sobre este segundo arco, se encuentra un relieve de una llave y por encima una inscripcion fundacional que describe el nombre de la puerta y la fecha de su terminacion (30 de mayo a 28 de junio de 1348).