El cultivo de la vid en al-Ándalus y las huertas del Generalife
Vitis vinifera es una especie originaria del Próximo Oriente difundida tempranamente hacia el occidente Mediterráneo, de forma que pudo alcanzar la Península hace al menos 2.500 años (en entorno de los siglos VI y V a.c.) donde pudo cruzarse con el taxón nativo Vitis vinifera subsp. Sylvestris, planta presente en los sotos de los ríos mediterráneos. Los primeros vestigios de su cultivo se localizan en contextos histórico-geográficos fuertemente influidos por la colonización fenicia, razón por la que se considera que fue este pueblo el que inició la producción industrial de vino en la Península. Cuando los romanos llegaron aquí se convirtieron en difusores del cultivo de la vid, extendiéndolo por toda la Hispania e impulsando también la exportación de vino.
La vid fue tal vez, el más importante de los cultivos en al-Ándalus, pese a los tradicionales tópicos y errores establecidos respecto a su escasa representación en la agricultura andalusí, pues se ha llegado a hablar en muchos textos y lugares de persecución y erradicación del cultivo. Por el contrario, este fue uno de los principales frutos de aquella agricultura y alimentación. La vid fue cultivada en al-Ándalus de diversas formas: emparrados, cepas, trepando por árboles como fresnos y almeces, a lo largo de pérgolas construidas con encañizados artesanos, generando paseos sombreados, elementos de unos paisajes donde también destacaban los paseros con las uvas Moscatel secándose al sol y de unas formas de consumo muy diversas, donde además de la uva de mesa y de la uva pasa se elaboraban arropes, vinagres e incluso vinos aromatizados con propiedades medicinales.
El estudio de los tratados agrícolas andalusíes, redactados entre finales de siglo X y mediados del XIV, en el caso de la vid (árabe Karm, pl. Kurum), ha permitido ampliar el conocimiento que se tenía de éste cultivo ancestral en el suelo peninsular, al que los textos agrícolas andalusíes dedican una gran atención y extensión. También han aportado novedades sobre algunas técnicas aplicadas. Por ejemplo se realizaban tres tipos diferentes de podas de frutificación así como una poda especial destinada a las pasas. Además mejoraban la producción mediante el injerto de variedades más selectas sobre los pies mas deficientes. Con el objetivo de aportar nutrientes aportaban como abono cenizas y cornamentas de rumiantes. Utilizaban -como tratamiento fitosanitario- una técnica llamada “empolvado”, que consistía en la aplicación de materiales finos (tierras, estiércol y cenizas) sobre la planta. Generalmente dispuestas en emparradas (en árabe aris, daliya) para crear bóvedas vegetales con una finalidad productiva y ornamental, los vestigios de estas plantaciones son evidentes hoy en los cármenes (del árabe Karm, viña) granadinos.
Proyectos de actuación de la vid en las huertas del Generalife
El Patronato de la Alhambra y Generalife, en colaboración con la Universidad de Córdoba, el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA) y otras instituciones, proyecta presentar un catálogo de distintas formas de cultivo de la vid en al-Alndalus.
Primero se llevó a cabo la localización y selección de variantes históricas de entorno de Granada y comarcas próximas de agricultura tradicional (Alpujarras, Vegas del Genil, Darrro y Guadalfeo, Sierras de Loja y Alhama, Lújar y Contraviesa) así como en bancos de germoplasma y colecciones de varietales antiguos existentes en España.
Posteriormente se procedió al enraizamiento y viverización de dieciséis variedades procedentes del IMIDRA y de un agricultor de la Contraviesa.
En cuanto se constate su adaptación está previsto plantar estos varietales en las huertas del Generalife utilizando para ello las siguientes alternativas de cultivo: armadas sobre estructuras de caña; armadas sobre almeces; o armadas en forma de cepa.
Autor del artículo: Servicio de Jardines, Bosques y Huertas del Patronato de la Alhambra y Generalife.