Alfonso Alegre Heitzmann: ‘Los detalles y las cartas son ventanas abiertas al tiempo’
Para Alfonso Alegre Heitzmann (Barcelona, 1955) Federico García Lorca, Juan Ramón Jiménez y Manuel de Falla son tres de los cinco españoles más universales de la cultura nacional del siglo XX (los otros dos son Pablo Picasso y Luis Buñuel). Esta premisa, aunada a la invitación que recibiera Juan Ramón y su esposa Zenobia Camprubí, por parte de Federico y su familia, para visitar Granada hace exactamente 100 años, fue el punto de partida para escribir el ensayo. Días como aquellos. Granada, 1924. Juan Ramón Jiménez y Federico García Lorca.
“Yo siempre he sentido a Granada como mágica, maravillosa. A lo largo del tiempo he viajado por todo el mundo y pocos lugares he encontrado como esta ciudad; por lo que para mi no es exagerado decir que Granada es una de las ciudades más bellas del mundo y que en este sitio coincidiesen Federico García Lorca, Juan Ramón Jiménez y Manuel de Falla, era un punto maravilloso para intentar entrar en esos días y reconstruirlos en el libro”.
Así comienza la conversación con Alegre Heitzmann, que conectados gracias a la tecnología los más de 800 kilómetros de distancia entre Barcelona y Granada desaparecen, para hablar de su libro. Días como aquellos. Granada, 1924, a propósito del encuentro en el próximo Club de Lectura de la Alhambra (entrada gratuita previa inscripción) el 14 de junio en la Sala de la Emperatriz del Palacio de Carlos V, en el que estará presente el escritor para hablar sobre todos los pormenores de su obra.
Para Alfonso es difícil precisar cuánto tiempo le tomó hacer este ensayo porque, sin premeditarlo, siente que lo empezó a escribir sin darse cuenta de que lo estaba escribiendo. “Es difícil calcular el tiempo. Es verdad que durante un año estuve concentrado casi exclusivamente en el libro pero evidentemente hay un trabajo muy anterior. Partía de algunas cosas a favor: he trabajado durante muchos años sobre la obra de Juan Ramón Jiménez –ten en cuenta que he publicado los dos volúmenes de su epistolario con la Residencia de Estudiantes, y todavía estoy trabajando en el tercer volumen- y el primer poeta que descubrí en la adolescencia fue [Federico García] Lorca”.
Días como aquellos. Granada, 1924 se divide en tres partes: la primera trata de reconstruir cómo fue la relación de Juan Ramón y su esposa con la familia García Lorca durante y después de la Guerra Civil (1945); la segunda parte es un salto a 1919, cuando Juan Ramón Jiménez conoce a Federico García Lorca en Madrid y posteriormente visita Granada durante dos semanas (1924); y la tercera, de nuevo, se basa en la Guerra Civil y el exilio, pero esta vez visto desde los ojos de Manuel de Falla.
Alfonso Alegre es muy detallista, una característica que se puede apreciar no solo en su trabajo escrito, sino también al hablar con él, por eso al preguntarle si tuviera que resaltar una cualidad de Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca y Manuel de Falla, se toma su tiempo para echar mano de todo lo que conoce de estos tres grandes personajes de la cultura española.
“Primero debería resaltar una cualidad que creo que está en los tres: la autenticidad. El anteponer siempre su vocación artística, poética en el caso de Juan Ramón Jiménez y Federico García Lorca, musical en el caso de Manuel de Falla, pero en los tres una vocación absolutamente volcada en su trabajo. Tanto Juan Ramón como Falla viven centrados en su creatividad, en su obra, en eso coinciden y además son muy rigurosos. En el caso de Lorca es diferente porque tuvo una vida mucho mas corta que sus dos maestros -porque fueron maestros para él- pero en esos 38 años de vida todo lo que hace está totalmente marcado por la poesía y en los tres hay poesía y vida. Esa idea de que la vida está ahí y la cultura aquí (señala con las manos dos lugares diferentes) para nada existe en los tres, para ellos la cultura está unida a la vida”.
Durante los 45 minutos que dura la conversación con el escritor barcelonés, resalta en varias ocasiones el poder de la poesía como una manera de alimentar el mundo. Le pregunto qué sentido tiene este género literario y responde sin dudar que en él todo nace y se desarrolla desde la poesía.
“Cuando escribo no lo hago desde un punto de vista académico o por encargo. No. Lo hago porque la poesía me lleva a ese territorio y de algún modo cuando escribo artículos o cuando edito lo hago desde mi propia relación con la palabra poética. Eso es lo que procuro e intento, ser muy riguroso desde ese punto de vista”.
Para terminar el encuentro, le hacemos la pregunta habitual de esta sección de entrevistas a los escritores y escritoras del Club de lectura: ¿Qué es lo primero que piensas, sientes, recuerdas, si te digo la Alhambra? “Si hay algo que me emociona especialmente en la Alhambra es no solo sentirme dentro de ella cuando estas ahí, sino la relación que se establece entre la Alhambra y la ciudad, sobre todo con esos balcones que dan hacia el Albaicín. En realidad, está volcada en Granada y el Albaicín: esa relación entre la luz y los sonidos desde las ventanas de los diferentes palacios, de las diferentes salas de la Alhambra, incluso desde las murallas”.
Entrevista realizada por Betty Hernández.