Las yeserías del Generalife
El Generalife es el palacio situado al norte de la Alhambra, en los pies del Cerro del Sol, y utilizado por la corte nazarí como lugar de descanso. Construido entre los siglos XII y XIV, fue ideado como una villa agrícola, es decir una explotación con huertos, jardines ornamentales y patios, fusión de la naturaleza y la arquitectura.
Por fuera, el Generalife tiene una apariencia rural, más similar a un espacio rústico que a un palacio nazarí, pero en su interior se decoró con yeserías, mocárabes, cerámica arquitectónica y armaduras de madera. Aunque fue obra del sultán Muhammad II (1273-1302), en 1319 Ismail I llevó a cabo una reforma en el lugar que cambió su aspecto.
La riqueza con la se ornamentó este espacio se puede ver en unos paneles de yesería que hoy forman parte de la colección permanente del Museo de la Alhambra, en la que se combina con maestría la decoración vegetal, arquitectónica, geométrica y epigráfica. Estas piezas estaban ubicadas en torre mirador del palacio del Generalife, el conocido como mirador de Ismail, y corresponden a la etapa constructiva de Muhammad II. En la reforma de Ismail fueron tapados para colocar encima otros paneles de yesería, y como consecuencia de ello estuvieron menos expuestos y más protegidos. Esto ha hecho que su policromía original haya llegado a nosotros prácticamente intacta.
Ornamentalmente, la composición de estos paneles se articula a través de bandas decorativas horizontales de diferente anchura y motivos. El primero de ellos, en la parte superior, está formado por una cenefa epigráfica en la que se repite cuatro veces el lema dinástico nazarí: لا غالب إلا الله. ?Sólo Dios es vencedor?, trasliterado como wa-lā gālib illà Allāh o gāliba. En segundo plano están presentes una serie de motivos vegetales digitados. Esta banda conserva el color del fondo, pintado con almagra como pigmento.
Una fina cenefa, con cuatro cintas lisas que se entrelazan sobre un el fondo negro, hace de separación con el módulo siguiente, en el que se desarrollan una serie de vanos ciegos con arcos lobulados de palmas. Los arcos están apoyados sobre columnas, de las que solamente una conserva la base, en las que se representa el capitel cúbico nazarí adornada con palmas. El interior de los vanos está relleno con una densa trama vegetal con eje simétrico central, compuesta por pimientos, pequeños brotes o frutos, palmas y piñas digitadas, que se completan con tallos muy finos y ondulantes. El color de fondo de los vanos alterna los tonos verde y rojo, mientras que en las albanegas de los arcos, con los mismos elementos decorativos, se usa de fondo solo el rojo almagra.
De nuevo una cenefa fina, esta vez con dos cintas lisas que forman nudos sobre fondo negro, marcan la separación entre una zona y otra. El siguiente motivo, de desarrollo horizontal, es un motivo geométrico complejo formado por cintas que se entrecruzan para formar un lazo de ocho. Se diferencian dos tipos de cinta según los motivos decorativos, una con fondo azul, en la que se repite el lema dinástico nazarí; y otra mixtilínea, con fondo verde claro, con palmas redondeadas. Los espacios geométricos que se generan entre las cintas se rellenan con diversas formas vegetales de ataurique estilizado. La formas centrales de estrellas de ocho presentan igualmente decoración vegetal en su interior.
Cierra el panel por abajo un nuevo friso epigráfico similar al superior.
Tanto por la complejidad y originalidad de este decoración, como por el color conservado, estos paneles son unas piezas destacadas de la colección del Museo de la Alhambra. Se pueden ver actualmente en la sala VII del museo.