COMUNICACIÓN Y PRENSA
Herido por el agua cuenta la extraordinaria relación entre Federico García Lorca y la Alhambra. El poeta granadino halló en el conjunto monumental una constante fuente de inspiración. Nos lo recuerda Antonio Ramos Espejo, uno de los mayores expertos en la figura y obra de Federico. Por su libro desfilan reyes y príncipes, viajeros, escritores, pintores, músicos, amigos y familiares que forman parte de la corte de los viejos y nuevos hijos de la Alhambra. Hay páginas para reconocer la huella que Lorca dejó en Manuel de Falla, Juan Ramón Jiménez, Manuel Ángeles Ortiz, Rafael Alberti, Gerald Brenan, Carlos Cano, Enrique Morente o Leonard Cohen.
Según el autor, Antonio Ramos Espejo “la figura de Federico García Lorca ha inundado mi vida de reportero, de principio a fin. He subido muchas veces a la Alhambra, pero nunca con este ardiente deseo de comprobar hasta qué punto se siente aquí la huella del poeta. Entonces comprendí mejor su nacimiento en Fuente Vaqueros y los escenarios de su muerte. Y me pareció que aquella mano del poeta en el estanque de los Alhambra, vista desde nuestros días, buscaba el conjuro de todos los manantiales, de ríos y mares, para mostrarles la herida del niño de la fuente fría. Cuando la muerte acecha al poeta se produce como un rugido de la naturaleza. Todas las aguas estaban en guardia para convertirse en testigos del destino que presagiaba, como un forajido en fuga permanente, que su sentencia de muerte se haría firme cuando los poetas del universo pudieran proclamar que a Federico, como anunció Antonio Machado, se le erigiera un túmulo en la Alhambra ‘sobre una fuente donde llore el agua’.”