1870 es una fecha clave para la Alhambra. Fue el año en el que se convirtió en Monumento Nacional, un hecho que constituyó el punto de partida de su moderna recuperación, pero que también supuso el comienzo de un intenso periodo en el que ejerció su mayor influencia sobre los artistas plásticos, que, todavía hoy, continúan reflejando en su obras su fascinación por ella. Todo empezó con los artistas románticos, a los que siguieron otros en número creciente, atraídos por el poderoso imán del conjunto monumental, al que acudieron como peregrinos ávidos de contemplarlo experimentado su belleza única.
Ese mismo año de 1870 llegaba a Granada Mariano Fortuny, a la búsqueda de un Oriente lejano que la Alhambra ejemplificaba como ningún otro lugar del viejo continente y casi del mundo. Llegaba con una mirada aún romántica, pero que iría dejando atrás, precisamente, a partir de su estancia granadina, que haría surgir en su obra un sorprendente naturalismo luminista. Después de él , artistas nacionales e internacionales de la talla de Antonio Muñoz Degraín, Anders Zorn, Santiago Rusiñol, Aureliano de Beruete, Darío de Regoyos, José María Rodríguez -Acosta, José María López Mezquita, Joaquín Sorolla, Fernando de Amárica, Eugenio Gómez Mir, Maurice Denis, Théo van Rysselberghe, José Ortiz Echangüe, Marcel L´Herbier, José Val del Omar, Ismael de la Serna, Manuel Ángeles Ortiz, José Guerrero, Manuel rivera, Eusebio Sempere, Gerardo Rueda, Antonio Tàpies, Joan Hernández Pijuan, Soledad Sevilla, Julio Juste, Guillermo Pérez Villalta o Frederic Amat, entre otros muchos, han construido Alhambras en sus respectivos imaginarios, plasmando visiones inéditas desde una época en la que la fotografía o el cine más puramente documentales trasladaban ya una imagen fiel del monumento.
El presente libro estudia este singular fenómeno, que puede decirse que ha venido siendo más analizado en lo literario y en lo musical que en lo plástico, recorriendo más de ciento cincuenta años de fascinación por la Alhambra y por el Generalife, materializada en toda clase de obras de arte: dibujos, libros, grabados, fotografías, manuscritos literarios y musicales, partituras, carteles, películas, maquetas de arquitectura y, fundamentalmente, pinturas. Es, a la vez, una completa memoria de la celebración de la exposición del mismo nombre en los espacios de la Capilla del Palacio de Carlos V entre marzo y mayo de 2022. Como pieza prácticamente inaugural de su recorrido, cabría destacar El Patio de la Alberca en la Alhambra de Fortuny, en paradero desconocido hasta hace muy poco y expuesta por primera vez en más de un siglo, desde que figuró en la Exhibition of Spanish Paintings celebrada en la Royal Academy de Londres en 1920-1921, obra que el pintor dejó inconclusa a su muerte, en 1874, en su taller romano, entre innumerables recuerdos de la Alhambra, Salón de Embajadores, Granada, de Sorolla, que data del principio de la excepcionalidad dedicación del pintor al monumento, o el serenamente melancólico Canal del Generalife ( Granada) de Rusiñol.
En relación con la exposición, es primordial destacar la gran generosidad de los prestadores, coleccionistas particulares e instituciones de España, Inglaterra, Francia, Suecia, los Estados Unidos o el Uruguay, que nos han permitido reunir una de las más cuidadas selecciones de obras de arte en torno a la Alhambra y el Generalife que hay podido verse, una auténtica lección de arte moderno con el monumento granadino como tema o motivo, que refuerza aún más el férreo compromiso del Patronato de la Alhambra y Generalife con el patrimonio, su disfrute y su conocimiento.
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Año : 2022
Formato : Tamaño cerrado 23 × 30 cm
Nº de Páginas : 412
Precio: 40€
ISBN: 978-84-17518-17-2