Las piezas de la Sala de las Camas

La Sala de las Camas, un ámbito de dos plantas que se localiza dentro del Baño de Comares y que comunica en altura con el Patio de los Arrayanes, es uno de los espacios más destacados del baño. Se trata de una estancia de reposo, llamada bayt al-maslaj, que toma su nombre de dos aposentos ligeramente elevados que se sitúan en la planta baja junto a una fuente central rodeada por cuatro columnas. La función de este espacio dentro del Baño de Comares es equivalente al apoditerium romano, un lugar para desvestirse y reposar en el que se recibían atenciones previas al baño. La estancia está iluminado mediante una linterna en torno a la cual se distribuían en la planta alta, las habitaciones del servidor del baño. Los llamativos colores de la estancia no son los originales, sino que se aplicaron en una restauración de la segunda mitad del siglo XIX.

Algunas de las piezas de este espacio se pueden ver en la exposición permanente del Museo de la Alhambra, es el caso de las celosías mudejares de decoración geométrica. Las celosías son el resultado de las reformas que se hicieron en la sala en el siglo XVI y estuvieron en esta estancia hasta el año 1827, cuando se decidió recuperar el aspecto medieval de este espacio y retirar el cuerpo añadido en el que estas celosías se encontraban.

Técnicamente el sistema de ensamblados de la madera continúa la tradición nazarí y se realiza entrecruzando las cintas de lazo mediante la técnica de apeinazado. La decoración se concentra en los listones agramilados, tanto en los marcos como en los travesaños centrales que se encontraban policromados en tonos rojos y blancos, según los restos de pintura que aún se conservan. En los marcos hay una cenefa con un motivo que simula una cuerda o cordón. En la imagen: un negativo de un grabado del baño en el que se ve colocada una de las celosías en el piso superior. (Fuente: RIA)

De este espacio son también otras piezas de madera que se encuentran entre la colección del Museo de la Alhambra, entre ellas destaca un zafate pintado, que se utilizó en una de las restauraciones históricas. Es una pieza de aplicación de madera de carácter hexagonal y cortada a bisel. Conserva, como se puede ver, los dos clavos de la muleta, ya que esta pieza estaba clavada desde el exterior a la tablazón mediante clavos con cabeza en T. Destaca su decoración pintada de desarrollo horizontal sobre una capa de imprimación de yeso, visible en algunos puntos del objeto. La ornamentación es de ataurique estilizado, formada por tallos de los que parten palmas de dos hojas de desarrollo diferenciado y botones. Los motivos vegetales está pintada en rojo, con un doble perfilado en rojo más intenso y en blanco. Encuadran la decoración siguiendo la linea exterior de la geometría de la pieza una serie de molduras pintadas, la primera de ellas es una línea lisa en rojo, perfilada en un tono más intenso; la segunda, ubicada ya en el bisel, es negra y tiene decoración de perlada, está perfilada por una gruesa línea roja. En el reverso tienes escritura contemporánea y grafitis.