El escritor norteamericano Washington Irving es, desde hoy, visitante “eterno” de la Alhambra. Una escultura de bronce, realizada por el artista Julio López, le recordará para siempre en el Bosque de la Alhambra. Esta mañana, el delegado del Gobierno de la Junta en Granada, Jesús Huertas, y la directora del Patronato de la Alhambra y Generalife, María del Mar Villafranca, han descubierto esta estatua, que pone el broche de oro a los Patronato de la Alhambra y Generalife del autor de Cuentos de la Alhambra que ha organizado el organismo autónomo que gestiona el Monumento. El acto también ha contado con la presencia del Alcalde de la ciudad, José Torres Hurtado, con la agregada cultural de la Embajada de Estados Unidos en España, Valerie O´Brien, y representantes de otras instituciones.
La escultura, que mide dos metros y quince centímetros de altura y se erige sobre un pedestal de piedra marmórea en el que aparece la inscripción “Hijo de la Alhambra”, retrata a un Washington Irving elegantemente vestido y con un aire romántico y aventurero. La figura del escritor aparece flanqueada por una valija de viajero, un bodegón que incluye una carpeta de dibujos y un capitel nazarí. En palabras del artista Julio López la expresión de Irving es de “sorpresa por el asombro que experimentó el escritor a su llegada a Granada, procedente de una civilización distinta, y toparse con la Alhambra”.
El autor de la escultura es miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y actualmente está considerado como uno de los más prestigiosos escultores realistas españoles. Entre las obras más reconocidas de Julio López se encuentran la escultura urbana del pintor frente al Museo del Prado, la de los Reyes de España delante del Museo de Arte Contemporáneo de Valladolid o la de Federico García Lorca en la Plaza de Santa Ana de Madrid.