Washington Irving y la Alhambra. 150 aniversario es el título de la exposición con la que el Patronato de la Alhambra y el Generalife rinde un merecido homenaje al escritor norteamericano al cumplirse 150 años de su fallecimiento. La Consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, Rosa Torres, ha inaugurado esta mañana la muestra, instalada en la Capilla y Cripta del Palacio de Carlos V, que reúne, por primera vez, manuscritos originales, cartas y cuadernos, primeras ediciones de sus libros, dibujos, grabados y pinturas de gran calidad, fotografías antiguas y filmografía, interactivos, audiovisuales y maquetas.
La exposición Washington Irving y la Alhambra. 150 aniversario, que permanecerá abierta al público hasta el 28 de febrero, es parte del programa conmemorativo dedicado al autor de Cuentos de la Alhambra, libro del que se cumplieron 175 años de su publicación en 2007, y evoca su viaje por Europa y España, prestando especial atención a su recorrido por Andalucía, la ciudad de Granada y su admirada Alhambra.
Un total de 189 piezas, una gran parte procedentes del Archivo y Biblioteca del Patronato de la Alhambra y el Generalife, componen esta muestra, en la que han colaborado 40 instituciones, entre las que se encuentran la New York Public Library, la Hispanic Society of America, el Museo del Prado, Museo Romántico, Biblioteca Nacional, Patrimonio Nacional, Museos de Gran Bretaña, Francia y Alemania, junto a coleccionistas privados.
La exposición, que ha contado con el apoyo de “laCaixa” y la empresa Rober para su difusión, ha sido comisariada por el Catedrático de la Universidad de Sevilla Antonio Garnica, el profesor de la Universidad de Granada Javier Villoria y el Catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Jaén Pedro Galera, se centra en cuatro grandes ámbitos: El retrato del artista; El viaje a España; Granada y La Alhambra: el palacio encantado, que se dividen a su vez en varias secciones.
Además, esta muestra recupera la importancia de la publicación de los Cuentos de la Alhambra, considerada como la primera acción de promoción de este monumento en el mundo. De hecho, esta obra es la que vinculó a Washington Irving (Nueva York, 1783-1859) de una forma más intensa con España, a la vez que proyectó al mundo entero la Granada que el escritor americano conoció.
Y dentro de Granada, la Alhambra, esa otra ciudad superpuesta, percibida a través del palacio nazarí que tuvo la suerte de habitar. En él vivió y escribió, tan convencido de su magia y de su carácter “encantado” como de la cruda realidad de su precario estado de conservación; de sus singulares habitantes, “los hijos de la Alhambra”, como de la necesidad de dar a conocer al mundo aquel insólito monumento.
Los Cuentos de la Alhambra han cautivado a generaciones de viajeros que, gracias a sus páginas, han logrado imaginar los misterios e intrigas legendarias de los palacios nazaríes. El éxito de esta obra, con centenares de ediciones en todas las lenguas, una inusitada riqueza de ilustraciones y su adaptación a usos didácticos e inspiración cinematográfica puede corroborarse visitando el espacio de lectura de la exposición.
Viajero romántico
Mas allá de su obra literaria, Washington Irving es también el referente del viajero romántico por antonomasia. Su inquietud por conocer los lugares que admiraba le llevó a recorrer Europa en múltiples ocasiones, especialmente ciudades como Londres, París, Burdeos y, en España, sucesivamente Madrid, Sevilla y Granada.
Su visita a España se debe al interés despertado por la figura del descubridor de América, Cristóbal Colón, aunque enseguida se sintió atrapado por la historia de nuestro país desde la Edad Media a la Moderna, su peculiar cruce de las culturas islámica y cristiana, y finalmente la Alhambra. Así quedó reflejado en los dos viajes que realizó a la ciudad de la Alhambra, el primero entre el 9 y el 20 de mayo de 1828, alojándose en la Fonda del Comercio, y más tarde, durante el segundo, con estancia más prolongada, entre el 4 de mayo y el 29 de julio de 1829, en el interior del palacio nazarí, cumpliendo así uno de sus anhelos.
La exposición Washington Irving y la Alhambra. 150 aniversario está dirigida no sólo a los especialistas, sino, sobre todo, a un público genérico que sabrá apreciar el profundo vínculo de Washington Irving con Granada y con Andalucía.
Desde que comenzó la moderna gestión del Patronato de la Alhambra y el Generalife, se manifestó el deseo de rendirle un emocionado recuerdo, explicitado en la placa de mármol que el primer Patronato de la Alhambra colocó en 1914 en las habitaciones que ocupó y que se habían diseñado para el Emperador Carlos V. Años más tarde, en 1929, coincidiendo con la apertura del Museo Casa de los Tiros en la ciudad, el arquitecto-conservador de la Alhambra, Leopoldo Torres Balbás, realizaría una museografía ambiental en este sector que sería completada en 1959 coincidiendo con la celebración del centenario de la muerte del escritor. Fue en aquella ocasión cuando el Ayuntamiento de Granada organizó el primer homenaje público al escritor norteamericano, dedicándole un ciclo de conferencias y una placa que se conserva actualmente junto al pilar emplazado cerca de la Puerta de la Justicia.
Transcurridos cincuenta años de aquel evento, el Patronato de la Alhambra quiere dedicar a Washington Irving el homenaje que se merece a través de esta exposición que pretende devolverle el recuerdo a un hombre que convirtió la visita al monumento en una experiencia de vida, y contribuyó al deseo de que otros muchos quisieran repetirla apelando a los valores universales que la Alhambra posee intactos todavía.