Los Leones de la Alhambra vuelven a partir de hoy a los Palacios Nazaríes, de donde salieron en febrero de 2007 para someterse a una compleja restauración en los Talleres del Patronato del Conjunto Monumental de la Alhambra y el Generalife. El consejero de Cultura, Paulino Plata, ha asistido al inicio del proceso de instalación de las míticas esculturas nazaríes en Patio de los Leones, una actuación llevada a cabo por el Servicio de Conservación del patronato que marca la recta final de la intervención en este espacio. El lugar fue concebido por el sultán Muhammad V en el siglo XIV como Casa Real Nazarí. La fase final de la intervención en el Patio de los Leones se completará con la instalación del circuito hidráulico y la pavimentación, que lo hará accesible al público a partir de la próxima primavera.
El consejero de Cultura ha indicado que la Alhambra “es un modelo internacional de gestión patrimonial” y ha precisado el esfuerzo para mantener el “equilibrio entre las medidas de protección y el alto nivel de visitas”. En 2011 el conjunto monumental ha recibido hasta octubre 2.051.834 visitantes, lo que significa un incremento del 7,21% más que en 2010. Otros datos suministrados por Paulino Plata se refieren a que la Alhambra genera 5.845 puestos de trabajo y que los visitantes dejan un gasto de 356 millones de euros anuales. Plata ha añadido que la reparación del Patio de los Leones y sus esculturas han importado 2.160.000 euros.
El León número 8 ha sido el primero de en salir de la Cripta del Palacio de Carlos V -donde ha permanecido expuesto al público tras su restauración, junto a los otros once leones- con gran expectación por parte de los visitantes, autoridades y medios de comunicación, que han presenciado en directo un “acontecimiento irrepetible”, que también ha sido retransmitido vía streaming a través de las pantallas del Palacio de Carlos V, del Pabellón de acceso del Generalife, y de la web Palacio de Carlos V en conexión con el Parque de las Ciencias de Granada. El responsable de Cultura de la Junta ha calificado como “hecho histórico” el traslado del León número 8 y ha señalado que “la intervención en el corazón de la Alhambra marcará los principios de la conservación preventiva de la Alhambra, a través de un modelo innovador en la gestión del Patrimonio”.
En este sentido, y con el objetivo de “garantizar un perfecto estado de conservación en los Leones y en la taza”, el Patronato de la Alhambra y Generalife va a contar con “un equipo especializado y de última tecnología”, como ha explicado la directora del conjunto, María del Mar Villafranca, quien ha asegurado que entre las medidas que se llevarán a cabo se encuentra la dotación de un equipo de instrumentación, ubicado en el propio Patio, para la toma de registros y análisis; una estación meteorológica que permitirá evaluar comportamientos de los bienes en el microclima del propio Patio de los Leones, y un sistema de seguridad avanzado.
La restauración de las doce figuras -realizada por un equipo multidisciplinar integrado por técnicos del Servicio de conservación de la Alhambra, Instituto del Patrimonio Cultural de España y del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, junto a profesionales de la Escuela Superior de Ingenieros de Sevilla y del Departamento de Sistemas y Lenguajes informáticos de la Universidad de Granada- ha eliminado gruesas costras calcáreas que las recubrían, ha detenido la invasión de elementos biológicos, ha consolidado roturas de diverso origen, y ha permitido retirar elementos metálicos y adherencias muy perjudiciales, como el cemento. Además, ha proporcionado valiosa información de cara a la interpretación artística, histórica y simbólica del conjunto.
El principio de autenticidad que ha guiado la intervención de los leones ha puesto de manifiesto el proceso minucioso y detallista que se siguió en la ejecución de esta joya escultórica. Aunque los leones aparentan ser iguales, ahora se puede apreciar multitud de rasgos que los singularizan. Cada bloque de mármol fue minuciosamente escogido en cantera por el tallista para que las vetas naturales de la piedra resaltaran las formas redondeadas del león y el modelado de su figura, en la que contrastan diferentes pelajes, fauces con dentaduras afiladas y pliegues muy marcados, hocicos prominentes y ojos almendrados. Se pueden observar detalles tan delicados como la diferente fisonomía de los rostros o la singularidad de cada falange con sus digitaciones completas, en armonía con la decoración naturalista del palacio.
Esta nueva valoración ha permitido descubrir, entre otras cosas, tres tipologías de leones en base a sus elementos formales diferenciadores. Cada una la conforma un grupo de cuatro leones con similitud dos a dos en sus rasgos: nariz, pelaje de la melena, fauces y posición y relieve de la cola. Dicha valoración ha contribuido al conocimiento necesario para abordar las reintegraciones que reproducen esquemáticamente los rasgos perdidos en los diferentes rostros de los leones. Del mismo modo se ha procedido respecto a las orejas, donde algunas se han reintegrado con la forma que tenían en la última restauración y otras, que conservaban parte de su talla original, se han protegido con un acabado plano de tal modo que puedan reconocerse.