El Patronato de la Alhambra y Generalife ha recepcionado la obra de restauración de la Torre de las Gallinas, una actuación que ha supuesto más de 233.564 euros de inversión, financiada con fondos europeos FEDER 2014-2020, y que ha permitido frenar el avanzado estado de degradación en el que se encontraba gran parte de los paramentos y almenas de la torre, especialmente los situados en el frente norte, agravados por el enjambre sísmico que afectó a Granada en 2021, así lo han explicado Antonio Peral, jefe de Conservación y Protección del Patronato de la Alhambra y Generalife y Fernando Egea, delegado territorial de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía en Granada a los medios de comunicación.
El proyecto no solo ha conseguido detener el deterioro de los muros exteriores de la torre y asegurar la estabilidad de las almenas que la coronan, sino que además ha permitido renovar el pavimento para mejorar la impermeabilización de la torre y la rápida evacuación de las aguas de lluvia. Según Antonio Peral, “los trabajos de restauración también han permitido la reparación y adecuación de la gárgola de piedra que está ubicada en el frente este de la torre”
Por su parte, Fernando Egea ha destacado que la intervención en la torre “respeta los valores del conjunto y todas las fases constructivas presentes en la torre”. Para ello, durante la intervención se ha tenido en cuenta la singularidad de los diferentes paramentos y los tipos de tapias utilizados, es decir: la tapa calicostrada y la tapia careada de mortero.
En el caso de las almenas que culminan la Torre de las Gallinas se ha tenido en cuenta, el nivel de degradación que presentaban, dado que la mayoría mostraban pérdidas superficiales de la capa externa que causaron disgregaciones en la masa interior del muro. Por lo que ha sido necesario utilizar masillas y morteros de reintegración, según procedimientos similares a los llevados a cabo en el resto de los elementos.
La Torre de Mohamed o de las Gallinas, por su función en tiempos modernos como gallinero, tuvo una importancia estratégica en época nazarí por su ubicación entre la Alcazaba y los Palacios Reales de la Alhambra. Consta de dos plantas, terraza y tres entradas: dos comunican con el camino de ronda en la parte superior de la muralla y otra con la explanada. Su función era controlar y proteger los accesos a los palacios.
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