La Alhambra incrementa su patrimonio artístico con la adquisición del cuadro de Fernando Marín ‘Vista de Granada desde la Fuente del Avellano’, de 1798
El Patronato de la Alhambra y Generalife ha incrementado su patrimonio artístico con la adquisición del cuadro del pintor y académico Fernando Marín Chaves (1737-1818) Vista de Granada desde la Fuente del Avellano, adquirido a través de compra directa a un coleccionista privado por 60.000 euros. Esta mañana, la directora general del Patronato de la Alhambra y Generalife, María del Mar Villafranca, junto a la delegada de Educación, Cultura y Deporte, Ana Gámez, y el director del Museo de Bellas Artes de Granada, Ricardo Tenorio, han presentado esta nueva obra, que podrá visitarse hasta el próximo mes de septiembre, en la sala VI del Museo de Bellas Artes de Granada, en la planta superior del Palacio de Carlos V, dentro del ciclo “la pieza invitada”.
El cuadro, un óleo sobre lienzo, se conserva en buen estado y, según ha comentado Villafranca, es una obra de “gran valor artístico y documental al ofrecernos una de las mejores panorámicas del Valle del Darro en la historia gráfica de la ciudad de Granada y mostrar la ciudad sin las transformaciones urbanas de los primeros años del siglo XIX, debidas a la ocupación napoleónica y, años más tarde, a las desamortizaciones que modificaron la imagen de buena parte de la ciudad”.
Vista de Granada desde la Fuente del Avellano, de 1798, fue un encargo del viajero romántico Nicolás de la Cruz, conde de Maule (1757-1828), tras visitar Granada. La vista fue tomada desde una curva del Camino de la Fuente del Avellano que sobresale sobre el valle del Río Darro para salvar el promontorio, en cuya parte alta, se ubican los restos del Castillo de Santa Elena. Según los investigadores Antonio Gámiz y Antonio Orihuela, en primer plano y como protagonistas del cuadro aparecen las figuras de dos personajes que, seguramente, se corresponden con el propio conde de Maule, D. Nicolás de la Cruz y Bahamonde (Chile, 1757 – Cádiz, 1828), promotor de la obra, con Fr. Sebastián Sánchez. El conde de Maule fue un polifacético personaje ilustrado que, tras una breve carrera militar en Chile, decidió aventurarse en el comercio y se trasladó a Cádiz en 1783.
El lienzo se conserva en buen estado, aunque “se ha hecho un tratamiento de conservación y puesta a punto” por parte de la restauradora del Museo de Bellas Artes de Granada, Carmen Juliá.
A partir de ahora, el cuadro formará parte de las colecciones museográficas del Patronato de la Alhambra y Generalife, aportando una gran dosis de “calidad, ya que hasta ahora no se conservan testimonios paisajísticos de esa época, tan sólo reproducciones de las pinturas de las Sala de los Reyes realizadas por Sánchez Sarabia. Además, el Archivo de la Alhambra conserva numerosas imágenes y grabados de testimonios de los viajeros fechados en épocas posteriores”, ha explicado la directora general del Monumento nazarí.
Fernando Marín Chaves fue miembro de la Escuela Granadina de Pintura. En sus comienzos, su estilo se asimilaba al barroco andaluz, aunque poco a poco se especializa en cuadros religiosos con los que decoró muchas de iglesias granadinas, situadas en Santa Fé, Cájar, Algarinejo, Alomartes o Berja, además de otros templos como la Colegial de Baza o la Catedral de Guadix.
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