La cerámica verde nazarí
Frente a otro tipo de piezas cerámicas hispanomusulmanas más llamativas, como la loza dorada o la cerámica azul y blanca, la cerámica vidriada en verde representa una producción no tan áulica y, quizá, aparentemente de menor vistosidad. Se trata, sin embargo, de un tipo de cerámica que destaca por la gran variedad de piezas que se hicieron con este vidriado y por la perfección alcanzada en época nazarí. En palabras de Alfonso Ruiz García (2006) esta producción ?constituye un gran logro de la alfarería nazarí, gracias al perfecto modelado de las piezas, que presentan unos diseños sencillos pero muy elegantes?. Además de la belleza estética conseguida con este tipo de vidriado, su uso tenía principalmente un valor práctico y profiláctico, pues al barnizar la pieza se conseguía impermeabilizarla, impidiendo así que la porosidad de la cerámica absorbiera el contenido de lo que en ella se vertiera y alargando la vida útil del objeto. La cerámica en verde se presenta sin más decoración que la que que aporta la propia tonalidad verdosa del vidriado o acompañada por pequeños detalles ornamentales en manganeso, que principalmente se pueden encontrar en piezas del servicio de mesa como safas y ataifores. La variedad tipológica es una de las principales características de la cerámica vidriada en verde, ya que podemos encontrar que se empleaba en gran variedad de piezas con diferentes funciones: en contenedores de fuego (como candiles); en vajilla de mesa tanto en piezas para presentar los alimentos, como safas o ataifores, como en contenedores de líquido, como jarritas y redomas; en objetos de cocina, como almireces, orzas o tapaderas; en elementos del ajuar doméstico, como macetas o alcadafes. Supone así un repertorio de gran riqueza y variedad. La técnica para realizar este vidriado se basa en barnizar la superficie cerámica con un esmalte de plomo previo a la cocción. El sílice que contiene la arcilla se fusiona con el óxido de plomo creando una superficie vidriosa. El uso del plomo como fundente se conoce que se usaba en Oriente Próximo desde el siglo I a.C, extendiéndose en los siglos siguientes por todo el Mediterráneo. Desde el siglo VIII la técnica de producción de este tipo de cerámica ya está presente en en la Península Ibérica y muy pronto surgieron los primeros grandes centros de producción de piezas vidriadas. Además a este barniz de plomo se le puede añadir otros óxidos diferentes para conseguir el color. Para obtener la tonalidad verde de las cerámicas que nos ocupan, el colorante empleado es el óxido de cobre. Al observar distintas piezas vidriadas en verde se puede apreciar que el tono puede variar considerablemente entre unos objetos y otros. Ello se debe tanto a la propia composición del vidriado en sí, y especialmente al contenido de plomo que tenga, como al óxido empleado. Si el vidrio es bajo en plomo el color obtenido al usar el óxido de cobre como colorante tenderá más al turquesa, sin embargo en composiciones más ricas en plomo se obtiene un color verde más intenso y oscuro. A través de las piezas de la colección del Museo de la Alhambra se puede ver diferentes ejemplos en los que se ha aplicado este vidriado verde. En la vajilla de mesa son muy variados los ejemplos de piezas vidriadas en verde. Lo encontramos por ejemplo, en safas, ataifores y jofainas, formas abiertas que se pueden considerar como los antecedentes de nuestros actuales platos, y que se dedicaban a la presentación y al consumo de alimentos en la mesa. El ataifor es una pieza que se porta sobre ruedo con desarrollo curvo y semiesférico, con perfil redondeado. La safa presenta una forma con solero sobre ruedo y amplio cuerpo cónico generalmente con carena. La jofainas son piezas similares pero de tamaño más reducido. En el Museo de la Alhambra hay ejemplos de formas abiertas vidriadas en verde monocromo y ejemplos de piezas que van acompañados de decoración pintada en negro con óxido de manganeso. En este segundo caso, hay ejemplares con decoración figurativa, como el de los bebedores, el de los peces o el del pájaro. Aunque lo que más abunda es la decoración geométrica-vegetal. El vidriado en verde cubre la parte interior, en ocasiones con chorreones que caen por la cara interna. Ejemplo de safa vidriada en verde monocromo en la que se puede ver como el verde cubre la parte abierta y cae por el borde externo. También hay ejemplos de formas cerradas vidriadas en verde, como jarras y redomas para contener líquido. En estos ejemplos de redomas se puede observar la perfección alcanzada en la aplicación de este tipo de vidriado, con el que se barnizaba toda la zona exterior de la pieza. En contendores de fuego también existe una gran variedad tipológica vidriada en verde. En candiles de pie alto es muy habitual encontrar este vidriado en verde durante todo el periodo nazarí, pero en la colección del museo hay también otros ejemplos de candiles de piquera, velones y candiles de cazoleta realizados en cerámica vidriada en verde. En general abunda en estas piezas el color verde intenso, lo que nos habla de que en los barnices utilizados eran ricos en óxido de plomo. Otro ejemplo de piezas vidriadas en verde son las tapaderas, como ésta barnizada al exterior y con decoración geométrica pintada con óxido de manganeso. También en los juguetes realizados en cerámica encontramos ejemplos de piezas con vidriado en verde. Por ejemplo silbatos de agua, en concreto este modelo debió tener gran popularidad, a juzgar por las numerosas piezas similares encontradas, se trata de pequeñas jarritas con máscara humana de un varón barbudo. Esta pieza se ha encontrado vidriada y sin vidriar, aunque el vidriado ene verde es uno de los más utilizados. En el caso de piezas de vajilla en miniatura, el vidriado en verde es uno de los más usados. Estos juguetes imitaban las formas de las piezas comunes del ajuar nazarí y no solo en las tipologías, sino también en los vidriados, como puede observarse en estos ejemplos. La popularidad del vidriado en verde continuó más allá de la época nazarí y en la etapa cristiana encontramos igualmente variedad de piezas con esta tonalidad que continúan el trabajo de los artesanos hispanomusulmanes. BIBLIOGRAFÍA.