El ajuar de la casa nazarí

Conocemos la belleza arquitectónica de una casa en época nazarí y los espacios reservados a cada uno de los usos. Sin embargo sus útiles, en general, su ajuar no se encuentra en la actualidad en su interior y es en el Museo donde podemos entender el alcance real de la funcionalidad de estos hogares, aquellos elementos que permitían la vida y actividad diaria, ayudaban a su bienestar y distraían a los habitantes de la casa.

Esta pequeña muestra, realiza un paseo en varios apartados para ambientarnos en el ajuar que tuvo una casa en época nazarí y que le permitía hacer a este espacio, un hogar para la familia.

La entrada a la casa con apertura externa a la estrecha calle, nos mostraría una fachada casi sin aperturas y sobre la puerta de entrada de madera, elementos de bienvenida. El uso de largas llaves de hierro con dientes quebrados para hacer juego en la cerradura y permitir su apertura, como aparece en la dovela con la mano abierta. Los llamadores con formas de anillas decoradas incluso con temas figurativos, como un león, mientras permanecía cerrada y segura con cerrojos

El duro clima de Granada hacía necesario el acondicionamiento de la casa durante el invierno con braseros para la calentar las estancias y en el verano, pequeñas fuentes aportarían frescura y humedad. Toda esta adaptación junto con techos, puertas de madera y celosías en las ventanas con vidrios de colores, se completaban con alfombras y tejidos que cerraran espacios o protegían del clima extremo.

La vida continuaba con la caída del sol y la iluminación se producía con el uso de candiles o velones fáciles de transportar al lugar necesario

Los elementos que facilitaban la higiene es una de las características presentes en todos los hogares nazaríes. Junto con un retrete en cada casa con agua corriente, había pequeñas pilas con forma ataudada para la higiene íntima y bacines para en las alcobas.

La cocina, sus utensilios y enseres necesarios para la preparación de la comida, requiere una gran cantidad de objetos en relación a ella y que necesitaban un espacio reservado para guardarse en alhacenas.

Según los recetarios conservados se conoce el uso de utensilios para cada plato preparado, su uso y características para el buen resultado. La arcilla elegida, acabado, tamaño, cierre de sus tapaderas o protecciones con aperturas para determinados platos, tapones; el uso de almirez; la preparación del queso; las jarras y jarros con la arcilla adecuada para refrescar el agua; orzas, cantimploras, cantaros o grandes tinajas de almacenamiento…

En los hogares en los que era posible, la vajilla de la mesa se diferenciaba de la utilizada en la cocina, con útiles más cuidados, vidriados y decorados que se hacían muy ricos en los hogares de nivel social más alto, con piezas muy cuidadas en su acabado en blanco azul y dorado o también otras en verde con decoración en manganeso. La variedad es enorme y adecuada a su uso: copas, tazas, safas, ataifores, escudillas, acompañados de cucharas de metal o en madera más populares.

En los hogares la actividad de las mujeres dedicarían gran parte de su tiempo en la costura e incluso tejer las piezas para la casa. Cortinas, sábanas, mantas, manteles…y lo necesario para vestir que en muchos casos de producía en la casa. Restos de ello son las torteras o pesas de telar, dedales, alfileres, bellos botones metálicos y adornos o incluso el resto usado de huesos de los que se ha sacado o botones o piezas de juego.

El entretenimiento también estaba presente tanto en juegos o distracciones para adultos como para niños. Entre los adultos se conserva una buena colección de pipas de hašiš que aunque prohibido su uso era frecuente dado el numero conservado.

La escritura también tenía sus utensilios y los tinteros de cerámica conservados, nos muestran diferentes ejemplos para ello.

Del ajuar personal también han quedado testimonios. Las descripciones conocidas de la forma en el vestir, sus adornos y joyería nos aportan los datos para imaginarnos los gustos del momento. Pulseras de vidrio, ajorcas, sortijas de vidrio y metal, bronce, talón u oro con o sin piedras o esmaltes; aretes de filigrana cuidadosamente tratados, pinjantes, botones y adornos cuidados llevaban de forma usual las mujeres nazaríes.

Los niños pequeños que estarían muy presentes en el hogar, tenían sus propios objetos de juego. Por un lado, se conserva una gran variedad de figuritas, muñecas, caballos, ranas, serpientes, tortugas, monstruos….. algunas con acabado de silbato o como silbatos de agua para imitar el canto de los pájaros.

Por otro lado los cacharritos del ajuar de la cocina en miniatura que a imitación de sus madres, se usaban para jugar a cocinar con ellos. Estas piezas mantienen las mismas características de las piezas usadas por sus madres: tipo de arcilla, modelado, decoración y acabados diferentes etc

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Catálogo de el ajuar de la casa nazarí