Una ampolla nazarí. El perfume en la sociedad hispanomusulmana.
Horario: Todos los sábados del mes de Septiembre, a las 12 h
Lugar: Sala VII, Museo de la Alhambra, Palacio Carlos V
A través de piezas como esta ampolla para contener esencias, se puede conocer la gran importancia que tuvo para la sociedad hispanomusulmana, la utilización de ungüentos, perfumes o aceites. Tanto en el día a día como en las fechas señaladas gran variedad de olores invadía cualquier espacio ya fuera público, privado o religioso.
Además el uso de perfumes se hará extensible tanto a hombres como a mujeres de cualquier clase social. Las esencias más utilizadas serán las que se obtienen del limón, rosa, violeta, ámbar, almizcle… y la utilización de unas o de otras podrá depender de la estación del año, el estado de ánimo o el acto al que se fuera a asistir. Es tal la relevancia que adquiere este tema que será incluido en los tratados de alimentación, higiene y medicina en numerosas ocasiones.
Por otra parte en el Corán, queda bien claro el amor de Mahoma por los perfumes y este tema se repite en numerosas ocasiones a lo largo del Libro como cuando se les promete a los creyentes “un paraíso perfumado con grandes ríos, árboles y jardines, y bellas hurís de ojos negros, hechos del almizcle más puro”.
El afán por descubrir y disfrutar nuevos perfumes llevará a una intensa búsqueda por los países más recónditos creándose una verdadera “ruta de las especias” desde Oriente hacia el Mediterráneo consiguiendo acercar a la sociedad hispanomusulmana algunos tipos tan preciados hasta ese momento como canela, jengibre, sándalo indio o maderas perfumadas. Gracias a la importancia que la sociedad le otorgará a los perfumes, empiezan a surgir pequeños recipientes: esencieros, ampollas, perfumeros…, realizados en cristal que según a la persona a la que pertenezca puede estar mas o menos elaborado, incluso tallado con motivos geométricos o vegetales y con incrustaciones de otros materiales.