Torre de la Cautiva
El interior de esta torre residencial es uno de los espacios más exquisitos de toda la Alhambra. Se accede a la estancia principal a través de un acceso en recodo para conservar la intimidad y se puede considerar como una auténtica torre-palacio. La Torre de la Cautiva es llamada qalahurra en el poema epigráfico que figura en el interior de su sala principal.
Su edificación corresponde al sultán Yúsuf I (1333-1354), el mismo constructor del Palacio de Comares y de otros importantes edificios de la Alhambra, como las puertas de la Justicia y de los Siete Suelos. Además, por su estructura arquitectónica y su composición decorativa es el hito que subraya el momento de mayor pureza del arte nazarí.
Uno de los elementos más destacados de la Torre de la Cautiva es el alicatado de los zócalos que corren por la zona inferior de los paramentos; presenta bellas trazas, con piezas de variados colores, entre los que sobresale el púrpura, cuya utilización en la cerámica arquitectónica ha sido considerada como única. También, sobresale la cartela epigráfica alicatada que bordea la parte superior de los zócalos, similar a la existente en el Mirador de Lindaraja. El texto es un poema del gran visir Ibn al-Yayyab, maestro y predecesor del otro gran visir de la dinastía, Ibn al-Jatib.
La Torre de la Cautiva ha recibido diferentes denominaciones a lo largo de su historia: de la Ladrona, de las Damas, de la Sultana, y desde mediados del siglo XIX se la conoce como de la Cautiva, por la leyenda literaria romántica que cuenta que en ella estuvo prisionera Isabel de Solís en el siglo XV. El sultán Muley Hacen (padre de Boabdil) se enamoró perdidamente de Isabel y se casó con ella. A partir de ese momento, se llamó Soraya, que significa “Lucero del alba”. Con Soraya tuvo dos hijos, Nasr ben Ali y Saad ben Ali.
ACCESO: con la entrada “Alhambra general” y “Alhambra Jardines”.
AFORO: máximo 30 personas.