Habitaciones del Emperador
Horario: de 8.30 a 18.00 horas. Martes, miércoles, jueves y domingo.
Acceso: con la entrada general de la Alhambra
Aforo: máximo 30 personas simultáneamente.
Denominación: Habitaciones del Emperador o Habitaciones de Washington Irving, en recuerdo del escritor norteamericano, autor de los famosos Cuentos de la Alhambra, quien se hospedó en 1829 en las habitaciones contiguas, conocidas como “Salas de las Frutas”.
Cronología: A partir de 1528
El techo de cuarterones, trazado hacia 1532 por Pedro Machuca, así como dos magnificas chimeneas, una de ellas en el conocido como Despacho del Emperador y la segunda en el Dormitorio del Emperador.
En el contexto de adecuación del palacio islámico a sus nuevos usos cristianos se entienden las habitaciones que se construyeron en época cristiana en lo que era conocido como el prado, cercano a la “Sala de Dos Hermanas”. En ese espacio se proyectó la construcción de una serie de habitaciones que unían el Palacio de los Leones con el de Comares. La construcción de estas habitaciones está atribuida a la época de Carlos V aunque algunos investigadores han señalado unas posibles intervenciones en la época de los Reyes Católicos.A pesar de estos cambios visuales, hay que tener presente que las nuevas edificaciones se proyectaron de una manera integrada con el resto de estancias nazaríes ya que se adaptan y adecuan sin necesidad de buscar una simetría en la disposición espacial.
Las nuevas salas se organizaron por medio de un corredor internamente comunicado y en torno a un patio irregular, abandonándose las formas de disposición islámica basadas en cédulas independientes en torno a un patio y por tanto transformándose la comunicación entre las estancias. La primera estancia, conocida como Despacho del Emperador, conserva una chimenea y un artesonado, realizado en 1532 por Pedro Machuca, a continuación una antecámara por la que se accede a los dormitorios reales. Sobre la puerta se conserva una placa de mármol colocada en 1914 en recuerdo al célebre escritor norteamericano Washington Irving, quien se hospedó en las salas conocidas como “Salas de las Frutas” por tener sus techos decorados con estos motivos, en pinturas realizadas hacia 1537 por Julio Aquiles y Alejandro Mayner.