Fuente tripode nazarí
La cerámica inició una larga tradición áulica gracias al papel destacado y al especial reconocimiento que le concedió la sociedad hispanomusulmana. Las cerámicas que gozaron de ese poder de representación, requerían para su fabricación de conocimientos situados en los límites de la tecnología de su tiempo, además de un largo adiestramiento de los artesanos ceramistas que necesitaban alcanzar la calidad exigida.
La sociedad musulmana dotó a este tipo de cerámica de un poder de representación social que no había tenido en tiempos precedentes.
La herencia del mundo clásico reclamaba que las vajillas de representación debían ser de metales preciosos, mientras la cerámica era algo ordinario y de uso común muy generalizado por lo que no conllevaba ningún significado de distinción
Parece que el antecedente de la cerámica dorada fue la técnica de dorar vidrios conocida por los romanos, los coptos en Egipto y luego usada en Damasco (Siria). Esta técnica pudo servir de base para el desarrollo de una loza que imitaba el metal precioso en la corte abbasí del califato de Bagdad. La complejidad de su elaboración y su elevado precio, pronto la convirtieron en algo excepcional y por tanto codiciado, asociado a la imagen del poder y de la más alta representación simbólica en la escala social.
La fuente que nos ocupa es la R 420. Se trata de una pieza de vajilla de mesa utilizada en la corte nazarí. Es una fuente trípode, poco usual, cuyo fondo está totalmente cubierto con una decoración geométrica de seis con estrellas unidas las unas a las otras. La estrella se hace en azul y los espacios restantes, con forma de zafate, en blanco del fondo.
El borde está ornamentado por temas semicirculares, que han perdido la decoración dorada y entre ellos un semicírculo de atauriques. Las albanegas entre las formas semicirculares también desarrollan el mismo tipo de atauriques de palmas
Dª Francisca Viedma Moreno
Horario: Los sábados a las 12 h
Lugar: Sala VI, Museo de la Alhambra, Palacio Carlos V