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Estructura urbana

De tradición andalusí e islámica, la Alhambra era una ciudad concebida para el servicio de la Corte.

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La Alhambra nazarí era una ciudad palatina, concebida y edificada para el servicio de la corte. Su estructura urbana, heredera de la más pura tradición andalusí e islámica, está perfectamente organizada en su desarrollo a lo largo de sus dos siglos y medio de existencia, con las lógicas transformaciones que implica un sultanato inestable y una política cambiante dependiente de pactos y vasallaje.

Un recinto militar para guardia de élite garantizaba desde la Alcazaba la seguridad interior del sultán, su familia y las Instituciones del Gobierno. La Alcazaba era como una ciudad castrense independiente, estratégicamente situada y comunicada sabiamente con el resto de la Alhambra, en la que vivía la propia guardia con su familia, dotada de viviendas, aljibe, baño,… como cualquier barrio de una ciudad.

Existía un área palacial reservada a la vida del sultán y su familia más allegada. En ella había oficinas de carácter administrativo, con una distribución claramente protocolaria, haciéndose más privada y áulica según se penetraba en sus dependencias. También había espacios para la reunión de la Sura o Consejo de Visires (ministros) y para las audiencias públicas. El sultán convocaba fiestas cortesanas coincidiendo con celebraciones destacadas del calendario musulmán o del Estado.

En este área palatina se distribuyen varios palacios, edificados en distintas épocas, bien mediante la adaptación y redecoración de su antecedente, o bien mediante la construcción o la adicción de un nuevo palacio en su solar. Una calle, que daba acceso a los diversos recintos de los palacios, servía también para separarlos y aislarlos del resto de la Alhambra.
Al servicio de esta corte estaba la Medina de la Alhambra, toda una ciudad pensada para cubrir cualquier necesidad del palacio. Organizada en torno a una calle principal que asciende suavemente de oeste a este, la ciudad estaba dotada de baños públicos, mezquita, comercios, etc.

Junto a la Mezquita estaban la Rauda o Cementerio de los Sultanes y una Madraza.

En la zona baja, tras la Puerta del Vino que le servía de entrada principal había casas, algunas de ellas muy importantes, donde vivían funcionarios y servidores de la corte, pequeños aljibes y espacios públicos. Hacia mitad de la calle y a sus márgenes, dos grandes recintos considerados como verdaderos palacios: el de Abencerrajes y el luego ocupado por el Convento de San Francisco.

La zona alta de la ciudad la ocupaba todo un entramado de pequeñas industrias artesanas: hornos para vidrio y cerámica, tenería para curtidos, norias e incluso una ceca para acuñar moneda.
La Acequia del Rey (o del Sultán) entraba en la Alhambra por esta zona, mediante un acueducto y un partidor, descendiendo paralela a la Calle Real repartiendo el agua a todo el recinto por un sinfín de canalizaciones. Pequeñas callecitas, callejones y cobertizos completaban el paisaje urbano de la ciudad.

Toda la Alhambra estaba rodeada por una muralla que la hacía inexpugnable a cualquier ataque, enlazándola con la muralla general de Granada. En ella abren cuatro puertas principales, dos al norte, la de las Armas y la del Arrabal, y dos al sur, la de la Justicia y la de Siete Suelos.

 

SECANO


Paseando por la medina artesanal pueden verse restos de edificaciones con hornos para cerámica o casas.
Se ingresa en la Alhambra a través de la medina artesanal tradicionalmente conocida como "Secano". Recorrido por un paseo arqueológico en el que pueden verse, además del inicio de la Acequia Real por el acueducto, los restos de edificaciones con hornos para cerámica, tenerías, casas, junto a la cara interna de la muralla con sus torres, en parte destruidas en la retirada de las tropas napoleónicas, en 1812.
En este paseo arqueológico por la Alhambra Alta puede observarse su entrada principal desde el exterior de la muralla: la Puerta de los Siete Suelos, una de las cuatro de todo el recinto.
En este punto elevado, la Alhambra Alta, se divisa una excelente panorámica de Sierra Nevada, sobre la muralla del sector, así como del Cerro del Sol, retaguardia natural de fortaleza.
Aquí se inicia un paseo entre cipreses recortados formando arquerías, diseñado en los años treinta del siglo pasado, así como sus jardines colindantes, para hacer visitables las ruinas arqueológicas de esta zona.
Entre los arcos de ciprés, a la derecha puede observarse una vista parcial del Convento de San Francisco, edificado en el siglo XVI sobre un palacete musulmán, actualmente Parador Nacional de Turismo.
A la izquierda, y a nivel inferior pueden identificarse los restos de varias casas nazaríes, sacadas a la luz en los años 30 del siglo XX por el arquitecto Leopoldo Torres Balbás.

 

ACEQUIA REAL


Arteria principal del sofisticado sistema hidráulico permitiendo la presencia permanente del agua en la ciudad palatina
No cabe explicarse la existencia de la Alhambra sin valorar el elemento que le dio razón de ser que es el agua. Sin él, nada de lo que fue y continúa siendo la Alhambra, hubiera sido posible.
Y el agua llegó a esta colina gracias a un sofisticado e inteligente sistema hidráulico que permitía la captación de la misma desde el río Darro y su distribución a través de la Acequia Real, como arteria principal y una red secundaria de acequias menores que ayudada por norias y depósitos hicieron posible la transformación de estas tierras en un rico y habitable vergel.
El mismo sistema que le permitió concebir sus palacios y jardines con una presencia permanente, tanto visual como sonora, con recursos formales de enorme belleza y simbolismo y que hizo posible la vida en esta ciudad palatina.

 

CONVENTO DE SAN FRANCISCO


Un bello mirador sobresale de este edificio, actualmente Parador Nacional de Turismo, edificado en el siglo XVI sobre un palacete musulmán. De él se conserva entre otros restos, un bello mirador que sobresale del edificio, fácilmente identificable, en cuyo interior fueron preparadas las fosas sepulcrales de los Reyes Católicos, mientras se construía en la ciudad el panteón de la Capilla Real, donde hoy reposan sus restos mortales.

 

CALLE REAL


Vía principal de la Medina de la Alhambra hasta la edificación del Convento de San Francisco.
La calle Real era la vía principal de la Medina o ciudadela de la Alhambra y como tal ha venido funcionando desde época medieval. No obstante, la edificación del Convento de San Francisco y su moderna transformación en Parador de Turismo, ha alterado su recorrido a partir de este lugar, perdiendo su rastro.
Descendiendo la calle se divisa al fondo la Puerta del Vino y desde allí, la entrada a la Alcazaba.

 

BAÑO DE LA MEZQUITA Y CASA


Conservado parcialmente en la casa, hoy Museo evocador de su figura, donde nació y vivió Ángel Barrios.
A lo largo de la calle Real existían diversos edificios públicos, viviendas y pequeñas industrias, algunos de los cuales permanecen transformados por el tiempo y por nuevos usos.
En este tramo de la calle destaca especialmente la iglesia de Santa María de la Alhambra, terminada a principios del siglo XVII sobre el solar de la Mezquita Mayor, así como su baño conservado parcialmente en la casa donde nació y vivió el músico Ángel Barrios, hoy museo evocador de su figura y del ambiente intelectual del primer tercio del siglo XX.

 

ÁREA ARQUEOLÓGICA PALACIO DE ABENCERRAJES


Está emplazado en la zona alta de la Alhambra, lugar importante ya que se situaba próximo al eje urbano de la medina, lo que nos habla de la relevancia de sus moradores. Esta área arqueológica es conocida como Palacio de Abencerrajes, nombre castellano que se les dio a los Banu Sarray, familia noble del reino nazarí.
En 1501 la edificación fue cedida por los Reyes Católicos a favor de don Juan Chacón, adelantado de Murcia, y contador mayor del Real Consejo, esto hizo que a partir de este momento se denomine palacio de la Contaduría. Las primeras intervenciones en el complejo datan de finales del siglo XIX, ya en estado ruinoso, se hallaron restos de su estructura arquitectónica y de su traza urbana. En la década de los treinta del siglo XX comienza su estudio y excavación, que darán a conocer la importancia de este lugar.
En la zona principal se disponía una alberca paralela a la muralla en un patio central presidido por un pabellón con tres salas que antecedía a la sala principal tripartita emplazada en el interior de la torre, soluciones arquitectónicas repetidas posteriormente en la sala de los Abencerrajes y en el palacio de los Leones.
Una pequeña casa que sigue el esquema arquitectónico tradicional de la vivienda musulmana, con patio central y alberca, aparece adosada al este de la zona principal, siendo excavada a finales del siglo XX.
En su lado oriental se sitúa un doble baño de distintas épocas; uno primitivo y otro del periodo de mandato de Yusuf I (1325-1354). El primero, de menor tamaño, sigue el diseño del baño de Comares con sala de reposo coronada por linterna y piso alto, contenía un pequeño aljibe que mediante una cámara antihumedad es separado de la sala. La sala fría, con alcobas laterales con columnas embutidas en sus paramentos, se encuentra tras cruzar un pasillo donde también se disponía de letrina. La sala templada también con alcobas laterales albergaba una pequeña pila para lavarse los pies. La sala caliente conserva los pilares de hypocausis y el área de calderas, al igual que la templada y la fría, tenía alcobas laterales.
Se han conservado numerosos elementos decorativos, azulejos y alicatados que nos hablan de su rica decoración.

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