EL ENCLAVE
La Alhambra es el enclave principal de una estructura territorial compleja, que revela su importancia por el dominio sobre la ciudad de Granada.
Granada responde al modelo histórico de ciudad-colina, rodeada de montañas y regada por los ríos Darro y Genil, el primero concretamente divide el terreno en dos frentes contrapuestos que condicionaron la construcción de la ciudad medieval. Las colinas situadas alrededor del Darro son la de San Cristóbal (760 m.) en la margen derecha del río y la Sabika (790 m.), en la margen izquierda. Sobre esta última se asienta la Alhambra.
No es casual que Muhammad I (1237-1273) eligiera un lugar tan privilegiado por sus condiciones geográficas, teniendo en cuenta también la existencia de importantes construcciones fortificadas anteriores. Los emplazamientos elevados de ciudades poseen peculiaridades especiales y responden a una decisión de tipo geopolítico muy acordes con la mentalidad medieval.
La supremacía del lugar y el control del territorio lo eran todo en la organización de un reino en el s. XIII, en el que tanto el poder militar como la organización administrativa requerían un enclave que asegurase la presencia física del poder sobre la ciudad, a la vez que se mantenía separado de ella.
EMPLAZAMIENTO
La Alhambra se asienta sobre la colina de la Sabika, que penetra hacia el interior de una fértil vega y como último bastión de Sierra Nevada, frente al Albaicín y el Sacromonte, entre las cuencas de los ríos Darro y Genil.
Rodeada de montañas, los escritores árabes compararon a Granada con una corona, en cuya frente sobresale la diadema de la Alhambra.
La historia de las construcciones de la Alhambra está íntimamente relacionada con las de la ciudad de Granada. De esta existe la documentación arqueológica de sus murallas superpuestas de época ibérica, romana e islámica, sucesivamente.
La Alhambra que hoy vemos no se edifica en un momento determinado. Se va formando paulatinamente con el añadido de nuevas construcciones, agrupándose como células enriqueciendo su desarrollo arquitectónico y urbano.
ESTRUCTURA
Esta enorme “embarcación encallada” en la colina, como la llamaron nuestros historiadores clásicos, se va formando paulatinamente con el añadido de nuevas construcciones.
La Alhambra es el producto de una evolución a lo largo de casi dos siglos y medio bajo los nazaríes, además de las construcciones anteriores, junto con las importantes aportaciones y modificaciones que se realizan ya en la etapa cristiana y que prácticamente no cesan hasta nuestros días.
De este modo se va estructurando la Alhambra que hoy conocemos, destacando como hitos más relevantes, los que a continuación se detallan:
LA ALCAZABA
Posiblemente es el lugar de ocupación más antiguo de toda la Alhambra, o al menos, del que nos ha llegado datos más antiguos. Su situación, en la zona más elevada de la colina, la convierte en lugar privilegiado para la observación y vigilancia del entorno, de la ciudad, la vega y sus accesos.
El triángulo que dibuja en planta es subsistencia de las construcciones del siglo XI aunque lo único cierto de esta época es el lienzo de la muralla interior, al norte, y la puerta de su recinto alto. Los almorávides realizan en el siglo XII algunas obras y adaptaciones en la Alcazaba.
LA ALHAMBRA FORTIFICADA
A partir del siglo XIII los nazaríes dan a la Alcazaba su actual fisonomía, añadiéndole grandes torres: la Vela en el oeste y las del Homenaje, Quebrada y Adarguero en la zona este. Todo el recinto queda enmarcado en otro exterior con una calle de ronda y el importante acceso por la Puerta de las Armas.
Desde entonces se inicia la cerca y fortificación de todo el perímetro de la Alhambra con su muralla y el añadido a intervalos de algunas torres y puertas por su perímetro.
PRIMERAS CONSTRUCCIONES
Definida la estructura de intramuros, se edifican los primeros palacios. Un amplio mexuar con patios anteriores precede al desaparecido Palacio de Isma’il. El Generalife y el núcleo fundamental del Palacio del Partal, de las más antiguas construcciones nazaríes subsistentes, van perfilando ya un espacio áulico abierto hacia la ciudad y concebido como un área palacial de edificios, recintos y jardines.
PALACIO DE COMARES
Sobre parte de edificaciones anteriores, añadiendo y modificando estructuras, Yusuf I se convierte en el primer gran constructor de la Alhambra. Aunque no lo verá terminado, edifica el Palacio de Comares, además de las grandes Puertas de la Justicia y Siete Suelos, junto a otras muchas construcciones y decoraciones de la Alhambra.
En la primera mitad del siglo XIV se van añadiendo la Mezquita, la Rauda, la Madraza y los Palacios de San Francisco y Abencerrajes.
PALACIO DE LOS LEONES
En la segunda mitad del siglo XIV se produce una gran modificación de la estructura interna de la Alhambra. Coincide con el segundo mandato de Muhamnad V, en el periodo más fecundo para los nazaríes, quien decora y redecora la mayoría de los espacios que hoy vemos.
Su gran construcción, el Palacio de los Leones, rompe con el esquema arquitectónico habitual aportando nuevos conceptos estéticos y formales que también se reflejarán en la administración del Estado y los asuntos de la Corte.
LA ALHAMBRA CRISTIANA
La última y más radical transformación de la Alhambra se produce tras la conquista. Nuevos conceptos imponen nuevos usos con importantes modificaciones en edificios y elementos urbanos.
El principal de ellos es sin duda el Palacio de Carlos V que, aunque sin haberse nunca terminado, añade un nuevo volumen a los edificios de la Alhambra insertándose, como sus antecesores, como un espacio más.
En el siglo XVI se añade a la Alcazaba el antemuro al este con la torre circular del Cubo y a sus pies el gran aljibe de Tendilla. En el siglo XVII se realiza el Jardín de los Adarves, entre los muros meridionales.
Los Patios de Lindaraja y la Reja, la Iglesia de Santa María, el Convento de San Francisco, el Pilar de Carlos V, son algunas de las aportaciones que recibe la Alhambra y que contribuyen a crear su rica estratificación cultural.
PAISAJE
La Alhambra se asienta sobre la colina de la Sabika, entre las cuencas de los ríos Darro y Genil. Rodeada de montañas, los escritores árabes compararon a Granada como una corona, en cuya frente sobresale la diadema de la Alhambra.
Sin lugar a dudas la Alhambra ocupa un lugar privilegiado, donde sus valores arquitectónicos se combinan y encajan perfectamente con el entorno urbano y el paisaje en el que se encuentra inmersa.
Para apreciar los valores arquitectónicos y paisajísticos de la Alhambra es aconsejable acercarse al barrio del Albaicín (Mirador de San Nicolás) o al Sacromonte. Desde ellos puede percibirse la espectacular relación de la Alhambra con el territorio y la ciudad de Granada.