En el ajuar de la casa en al-Andalus los utensilios y enseres necesarios para la preparación de la comida serán muchos y variados, utilizados en función de las características de la receta a preparar. Aunque existían hornos de obra, en las casas nazaríes la cocina no solía tener un espacio concreto reservado dentro de la casa, los objetos para cocinar se guardaban en alhacenas y para preparar los alimentos se usaban
anafres que podían trasladarse a un lugar u otro y usarse en el patio, el pórtico, etc. El anafre es un
hornillo generalmente portátil que contenía brasas o ascuas para preparar alimentos o calentar comidas. El término deriva del árabe hispánico annáfiẖ y éste del árabe clásico nāfiẖ, según el DRAE. Estructuralmente se divide en dos partes, la zona inferior o cenicero es la cámara de combustión. Se separa por medio de una parrilla de un cuerpo superior o brasero de boca abierta, donde se apoyaban los recipientes para cocinar, tales como cazuelas o marmitas. Para su
funcionamiento era necesaria la presencia de al menos dos aberturas para la correcta oxigenación de las brasas mediante la corriente de aire, la de la parte baja solía ser de gran tamaño y funcionaba a modo de tiro, también servía para limpiar la pieza de las cenizas y restos de combustible. En la parte de arriba suele haber aberturas de menor tamaño que facilitaban la circulación del aire para la combustión. Algunas de estas piezas contaban con asas para hacer más sencillo su traslado. En esta imagen se puede ver su utilización, se trata de un anafre de cerámica torneada de los siglos XIV-XV y procedente de la Alhambra con una cazuela vidriada también nazarí colocada encima. Se apoyaba en el suelo y se utilizaba para
cocinar a fuego lento y para preparar salsas y cremas, para las elaboraciones que no precisaban de un fuego intenso, para calentar el agua o para mantener caliente los alimentos con los últimos rescoldos de las brasas. Un sistema sencillo y práctico que permitía cocinar guisos, verduras, pescados, carnes y frituras. Estas piezas también se utilizaron como un sistema de calefacción.
El anafre fue un objeto muy usado en todo al-Andalus, se utilizó desde la etapa emiral hasta el final de la época nazarí, presentando variedad de formas, desde contornos más cilíndricos a más tronconónicos. En estos ejemplos, de la colección del Museo de la Alhambra, se puede apreciar distintos modelos de anafres realizados en cerámica sin vidriar, con pastas refractarias resistentes al fuego. Las parillas suelen tener una apertura central circular y diversos cortes abiertos a los lados. En ocasiones presentan incisiones o muescas decorativas que adornan la pieza. En muchas de estos anafres aún se pueden ver las evidencias de la exposición al fuego, y el tono grisáceo que ha dejado sobre la cerámica.
También se realizaron
anafres nazaríes en cerámica vidriada, como estos ejemplares en azul y blanco. Son de pequeño tamaño, por lo que su funcionalidad estuvo probablamente vinculada a la de mantener los platos o infusiones calientes en la mesa, de ahí el interés porque fueses piezas decorativas.
Son significativos además los
anafres de diminutas dimensiones, unas miniaturas usadas como
juguetes que imitan a los originales y que se usaría con cazuelas y marmitas también de pequeño tamaño a modo de juego.
El anafre es un utensilio que quedó fuertemente arraigado en la península Ibérica tras la etapa hispanomusulmana y se conservan numerosos restos de época bajomedieval cristiana. En la edad moderna esta pieza siguió usándose, como se observa en el famoso cuadro de ?
La vieja friendo huevos? de Velázquez, donde aparece un anafre sobre el que se cocinan los huevos. No es la única obra en la que se están presentes, en ?
Vendedoras de rosquillas en un rincón de Sevilla?, de Manuel Wssel de Guimbarda, se muestra a unas gitanas con un puesto de rosquillas instalado en la calle y usando un anafre portátil para prepararlas. Muestra de su importancia en la cultura popular es también el
villancico ?Hacia Belén va una burra?, en el que se hace referencia en su letra a esta pieza (
con su molinillo y su anafre...).
National Galleries of Scotland
El anafre es, de hecho, un pieza que aún forma parte del repertorio de los ceramistas tradicionales y siguen usándose en algunos puntos de Andalucía y en el norte de África. Un ejemplo de ello es este anafre de la colección del Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla realizado en Motril (Granada) en 1980, y en el que se ve cómo se mantiene la tradición de los anafres andalusíes.
Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla
BIBLIOGRAFÍA: ?Anafre?. Con Pan, Aceite y Vino? La triada mediterránea a través de la historia: guía para disfrutar la exposición y para lectores en casa. Granada: Grupo Editorial Universitario, 1997. Gutiérrez Lloret, S.: “Panes, hogazas y fogones portátiles. Dos formas cerámicas destinadas a la cocción del pan en al-Andalus: el hornillo (tannūr) y el plato (tabag)”, Lucentum, IX-X, 1990-1991, p. 161-175.