Programa de manejo de albercas en la Alhambra
La Alhambra posee albercas, fuentes, acequias, canales y demás estructuras hidráulicas de altísimo valor patrimonial y paisajístico. Desde hace años, se ha venido trabajando en la mejora de la apariencia, calidad y transparencia de las aguas, tratando de minimizar el uso de productos químicos que afectan negativamente a los elementos patrimoniales y a la salud del ecosistema. Para mantener limpias estas estructuras y en las mejores condiciones nos hemos fijado en la naturaleza, imitando hábitats silvestres que consiguen aguas transparentes y atractivas para sus pobladores naturales.
Como consecuencia, se han conseguido albercas de un gran valor paisajístico, con algas, nenúfares y otras especies acuáticas que permiten albergar vida animal asociada con el agua. Esta fauna nos aporta un gran número de beneficios, elimina mosquitos y se alimenta también de invertebrados que afectan a las plantaciones ornamentales.
Los anfibios son actualmente uno de los grupos más amenazados del planeta, afectados por presencia de contaminantes químicos en el agua y suelo, pérdida o deterioro de sus lugares de reproducción, cambio climático, recolección, etc.
Son también los vertebrados terrestres más antiguos (aparecieron en el Devónico, hace 370 millones de años), y los primeros en dar el salto hacia tierra firme. De hecho, el nombre “anfibio” proviene del griego clásico (amphi y bio) y significa «ambas vidas» o «en ambos medios».
La provincia de Granada es el territorio administrativo con mayor responsabilidad en la conservación de los anfibios del sureste ibérico, ya que incluye a once de las doce especies de anfibios presentes en esta región. Por su parte, el Monumento nazarí de La Alhambra y Generalife constituye desde una óptica de conservación del patrimonio natural, un punto de interés para cuatro especies de anfibios.Esto es, debido a la íntima unión con las aguas procedentes del río Darro a través de una compleja red de elementos hidráulicos de transporte y almacenamiento que posee y que constituyen hábitats de reproducción de anfibios en el entorno urbano de la ciudad y uno de los más interesantes en el área metropolitana.
La omnipresencia del agua ha permitido el asentamiento natural de dos especies de anfibios como la rana común (Pelophylax perezi) y el sapo común (Bufo spinosus), esta última, en una lenta pero constante regresión en el sistema ibérico.
Desde el inicio de los trabajos, y con la naturalización establecida en muchos puntosde agua, se ha incrementado el patrimonio específico del Conjunto con la vuelta de especies como el Gallipato (Pleurodeles waltl) o el Sapo Partero Bético (Alytes dickhilleni).