Origen y evolución de los jardines de la Alhambra
Los espacios ajardinados de la Alhambra y Generalife son elementos inseparables de los palacios y edificaciones del Conjunto Monumental, donde de manera recíproca se necesitan y complementan.
Evolución histórica de las áreas ajardinadas de la Alhambra
Los espacios ajardinados de la Alhambra y Generalife son elementos inseparables de los palacios y edificaciones del Conjunto Monumental, donde de manera recíproca se necesitan y complementan.
Aunque el origen de los jardines de la Alhambra proviene del legado cultural de al-Ándalus, la huella que el paso del tiempo ha dejado en el Conjunto Monumental, ha multiplicado y enriquecido la diversidad de jardines y vegetación que podemos localizar en la actualidad, mostrando las numerosas formas y gustos jardineros de diferentes etapas históricas.
Los jardines medievales, creados en la etapa nazarí, son los más conocidos y de mayor importancia, en gran medida debido a su antigüedad y al grado de maestría alcanzado en el tratamiento de la vegetación, el agua y la integración de la edificación, respondiendo de este modo a la traducción de la palabra jardín, capaz de recrear el paraíso coránico anhelado en la tierra. Cada uno de los elementos del jardín es utilizado de forma virtuosa, con la finalidad de despertar los sentidos del visitante. El patio de Comares, el de los Leones o el de la Acequia, son algunos de los ejemplos más característicos.
Además, encontramos una gran diversidad de espacios ajardinados de gran valor e interés, procedentes de otros periodos históricos.
Durante los siglos XVI-XVII, podemos localizar los jardines renacentistas en los que destaca la geometría y el orden. Es el caso del patio de la Reja, realizado entre 1654 y 1655, espacio singular con una pequeña fuente de mármol blanco situada en el centro del mismo. Contiguo al patio de la Reja se encuentra el patio de Lindaraja, también realizado en este periodo, aunque modificado posteriormente en el siglo XIX. Al igual que estos patios, el jardín de los Adarves o los jardines del Revellín, son espacios ajardinados de esta etapa.
En el periodo que abarca el siglo XIX, es posible localizar otros espacios ajardinados de gran valor; los jardines altos del Generalife son buena muestra de ello. Espacio distribuido en paratas siguiendo el estilo decimonónico y desde donde se puede disfrutar de unas espectaculares vistas del Conjunto Monumental. Dichos jardines fueron diseñados durante el siglo XIX, al igual que el paseo de los Cipreses o ciertos jardines de cármenes próximos, como es el caso del carmen de Bellavista o el carmen de los Mártires.
Por último, durante el siglo XX se disponen un gran número de espacios ajardinados, como es el caso de los jardines de la plaza del palacio de Carlos V o los jardines de la Rauda Real. Cabe destacar los jardines nuevos del Generalife, realizados en los años treinta y cincuenta del siglo XX, transformando así las antiguas huertas y haciendo que Alhambra y Generalife se perciban como una unidad, y no como dos realidades diferentes, como era en su origen. El paseo de los Nogales, los jardines del Partal, o los del Parador de San Francisco, son algunos ejemplos de los espacios verdes desarrollados en este momento histórico.