Manejo y gestión del arbolado de riesgo
Bosques seguros para los visitantes
Dado que el arbolado puede presentar un riesgo real de accidente (vuelco, fractura del fuste, fractura de ramas, etc.), es responsabilidad del Patronato de la Alhambra y Generalife conocer el nivel de riesgo que pueden entrañar los árboles del monumento, mediante un seguimiento exhaustivo y continuado, que permita realizar las actuaciones pertinentes para minimizar el nivel de riesgo hasta límites considerados sostenibles o tolerables.
El primer paso para dicha gestión, es conocer el estado de todos los individuos de la masa arbolada, para ello se realizan inventarios de forma periódica, con actualizaciones cada cuatro años. En estos inventarios, se recogen numerosos parámetros para entender el estado de cada árbol y poder estimar su probabilidad de riesgo individual, así como el estado de salud y vigor del conjunto, y elaborar así el Plan de Gestión de arbolado y planificar así las actuaciones anuales.
La gestión del riesgo del arbolado conlleva diversas actuaciones. La elaboración de índices de riesgo, la inspección y evaluación visual, así como la testificación instrumental del arbolado de riesgo son algunas de ellas. Por otra parte y de manera complementaria, se encargan a expertos en arboricultura diferentes estudios, diagnósticos y propuestas de gestión. Igualmente, se elabora un historial de cada árbol, un seguimiento de incidencias, así como un registro dasométrico de árboles retirados, al efecto de poder desarrollar estadísticas sobre posibles riesgos. En conclusión, una labor de gran importancia que requiere de numerosos controles y de la participación de insignes expertos en la materia.
El índice de riesgo, es un indicador cuyo objetivo es mostrar el estado general del árbol en relación con su riesgo de caída. Las inspecciones y evaluaciones visuales, acompañadas en algunos casos por testificaciones instrumentales del arbolado, permiten pronosticar este riesgo. Además, el historial de cada árbol y las actuaciones acaecidas en su entorno,ayudan enormemente en este diagnóstico y pronóstico de riesgo. De este modo, es posible conocer la probabilidad de que una fractura o un vuelco puedan provocar un accidente que dañe a personas o elementos patrimoniales de gran valor, sistema de evaluación que se denomina diana. Hay que indicar en cualquier caso, que no se trata de una ciencia exacta. Por ello, se trabaja fundamentalmente sobre los árboles que tienen una diana elevada.
A este respecto, queda patente que la gestión actual del arbolado se ajusta a los estándares de calidad y niveles de conocimiento a los que es posible aspirar y que están a nuestro alcance. Aún así, se trabaja continuamente en la mejora y en profesionalización de equipos humanos y medios mecánicos y materiales, que garanticen una eficiente labor en pos de la mejor gestión posible en el manejo del arbolado de riesgo.