La almunia del Generalife

Las huertas narran una importante parte de la historia de la Alhambra.

En época árabe recibían la denominación de almunias, aquellos espacios diseñados para la vivienda, el recreo y la explotación agrícola y ganadera, de las que eran propietarios miembros de las clases más altas y ubicadas en entornos rurales. Sus espacios verdes eran auténticos vergeles y jardines botánicos, espacios para el disfrute, la producción y la experimentación. El Generalife fue una de ellas, propiedad del Sultán y situada en una zona próxima a la ciudad palatina de la Alhambra. Esta almunia, que actualmente es parte indisoluble del Conjunto Monumental de la Alhambra y Generalife, se encontraba cercada por un muro y se dividía en distintos sectores: el área palaciega, los jardines y huertas productivas y de primor, las huertas productivas y las áreas de caza y ganadería extensiva.

El Generalife se encuentra ubicado en el que se llamó Ŷabal al-Arūs (Monte de la Novia), actualmente Cerro del Sol. Desde su posición domina la antigua ciudad palatina de la Alhambra, situándose en el territorio con una imponente perspectiva hacia la Vega y parte del valle del río Genil. Una localización que predomina en un extenso territorio, aledaña a otras fincas de recreo o almunias de los sultanes nazaríes: los Alijares y Dār al-Arūsa.

La construcción de la Acequia Real en 1238, llevada a cabo por Muhammad I, logró abastecer de agua a todo el recinto amurallado a través de la presa construida en el río Darro; incluyendo un espacio agrícola situado en el exterior y donde se situaría posteriormente la almunia del Generalife.

En definitiva, las Huertas del Generalife suponen un espacio agrícola y de descanso, cuya arquitectura y funcionalidad son reflejo indiscutible de la sociedad y cultura de las que provienen. Una almunia que se ha mantenido viva a lo largo del tiempo, que ha sabido evolucionar y transformarse en un elemento esencial del Conjunto Monumental de la Alhambra y Generalife, contribuyendo de forma excepcional a fortalecer susdiversos valores paisajísticos y ambientales.

Las huertas se ubican en el territorio a diferentes niveles, formando, gracias a los muros de tapial construidos, grandes paratas de labor en las Huertas Grande y Fuentepeña y bancales de tierra reforzados mediante muros de piedra seca y taludes reforzados con almeces en Huerta Colorada. Fueron y siguen siendo cuatro las huertas cultivadas denominadas: Fuentepeña – muy mermada en su superficie actual, debido a su transformación en jardines y teatro– Huerta Grande, Huerta Colorada, que se mantienen juntas y la Huerta de la Mercería que se localiza en la parte alta de la Almunia. Entre todas mantienen vivo un paisaje agrícola con que transmite una imagen de veracidad, verdor y frescura al ser contempladas desde la ciudad palatina. Abarcando una superficie superior a las siete hectáreas.

Las actuales huertas del Conjunto Monumental de la Alhambra y Generalife, comparten una serie de características constructivas y de diseño espacial, además de otras diferencias que las distinguen y evidencian frente a otras ubicadas en el territorio. Emplazada en la zona más al norte del término de la Alhambra, se encuentra la Huerta Colorada, que limita al norte con los cantiles sobre el río Darro y al sur con el camino medieval de acceso de la Alhambra a la almunia del Generalife, toda ella escalonada por un declive muy acusado. Junto a ella se encuentra Huerta Grande, la huerta de primor y exhibición, dividida en terrazas mediante tres grandes muros de tapial que alcanzan hasta siete metros de altura. Al sur de la Huerta Grande, y separada de esta por un gran muro, se encuentra una pequeña proporción de lo que un su día fue la Huerta de Fuentepeña, limitadas ambas por el paseo de los Nogales, desde el cual son visibles. Por último, la Huerta de la Mercería limita al Norte y encuentra su desarrollo entre el paseo de las Adelfas y la acequia del Tercio.