Cuidados de la vegetación del Conjunto Monumental
Las diferentes áreas verdes del Conjunto Monumental comprende los jardines de la fortaleza, con un mantenimiento muy intenso y una jardinería muy cuidada.
El patrimonio vivo de los jardines de la Alhambra precisa de continua atención y mantenimiento para su correcta conservación.
Las diferentes áreas verdes del Conjunto Monumental comprende los jardines de la fortaleza, con un mantenimiento muy intenso y una jardinería muy cuidada, los encinares y pinares de la Dehesa del Generalife, las alamedas de Gomérez, el bosque, el olivar y las huertas. Todas ellas configuran un mosaico de ecosistemas diversos y característicos, fruto de la interacción del hombre y la naturaleza, que articulan la imagen de la Alhambra y constituyen un valioso paisaje cultural Patrimonio Mundial.
El mantenimiento de la vegetación del Conjunto Monumental precisa de intensos cuidados a lo largo de todo el año, buscando que en cada estación del año se muestren en su máximo esplendor. A la hora de manejar y planificar la vegetación se contemplan variables como el olor, color, tamaño, contexto histórico o fenología buscando el mejor resultado para el jardín al que será destinada.
Anualmente en las instalaciones del Patronato de la Alhambra y el Generalife se produce una gran cantidad de planta (unas 50.000 unidades), siendo necesaria además la adquisición de plantas procedentes de viveros.
Para conservar de los distintos pavimentos existentes, se usa en la mayor parte de los casos luz infrarroja y escarda manual para acabar con las malas hierbas y así evitar el uso del glifosato.
La vegetación existente tanto en el interior como en el entorno de la Alhambra y el Generalife precisa de cuidados específicos dirigidos al tratamiento de plagas y enfermedades que afectan a las masas vegetales. En el Conjunto Monumental se realiza “lucha integrada”, que consiste en llevar al mínimo el uso de productos fitoquímicos, actuando en estadios iniciales de la plaga,haciendo sueltas depredadores y parasitoides que incrementan la población existente de fauna auxiliar y las mantienen en niveles tolerables y de equilibrio biológico, por debajo del umbral de daño. Estos métodos tienen alta eficacia en la lucha contra las patologías de la vegetación ornamental y son menos agresivas contra el medio ambiente y contra la población.
Además es importante que las plantas se enfrenten las plagas en el mejor estado de salud posible. Para ello se elaboran análisis periódicos que dan información sobre el estado nutricional de las mismas y si procede, se actúa sobre ello. También se buscan mezclas de plantas que contribuyen a mantener el control sobre las plagas, bien porque las ahuyentan, bien porque sirven de vivero para la fauna auxiliar que nos interesa como por ejemplo, el aliso (Lobularia marítima (L.) Desv.), la caléndula (Calendula arvensis L.), albahacas varias (Occimun basilicum L.), perejil (Petroselinum crispum (Mill.) Fuss), etc.