Las piezas del Museo de la Alhambra en tarjetas postales
En 1869 se creó la primera tarjeta postal en Austria, era una cartulina franqueada que permitía comunicar mensajes breves que no precisaran de intimidad, por los que podía enviarse sin necesitar sobres abaratando así los costes. En España se aprobó su uso poco tiempo después, en 1871, empezando a circular en 1873 a través de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. Las tarjetas postales se popularizaron de forma rápida y tuvieron una gran aceptación social, por los que pronto surge la tarjeta postal ilustrada, con una imagen impresa en el anverso que aumentaba su atractivo.
A finales del siglo XIX los avances en la fotografía y en la reproducción fotográfica impulsan el desarrollo de la tarjeta postal fotográfica. Comienza entonces una pujante industria editorial centrada en las tarjetas postales con variedad de editores dedicados a este ámbito. En España fue famosa la pionera casa Hauser y Menet, Fotógrafos Editores, que en 1890 comenzó a desarrollar en Madrid un nuevo sistema de impresión con grandes resultados: la fototipia. A través de este procedimiento de impresión fotomecánica realizaron la reproducción masiva de tarjetas postales de diversos lugares de España, llegando a producir hasta medio millón al mes 1. Esto hizo que la tarjeta postal alcanzara pronto una gran popularidad y surgiera la práctica del coleccionismo e intercambio de postales.
Durante el siglo XX el fenómeno de las postales se generaliza viviendo una época de oro, por lo que aparecen por toda España editores locales que crean tarjetas con diversas representaciones y técnicas de reproducción, haciendo de la postal un producto de consumo y difusión masivo.
Postal de la fototipia Hauser y Menet con galería del Patio de Comares.
Se hicieron así tarjetas postales de temáticas diversa, con obras de arte, medios de transporte, comerciales, de espectáculos, con mapas antiguos, etc, pero pronto surgió un género que tuvo una gran aceptación: la tarjeta postal turística con fotografías de monumentos, paisajes y lugares destacados.
La postal turística estaba unida al fenómeno del turismo en sí, y dentro de la experiencia de conocer y visitar un lugar estaba también la de comprar postales del mismo para enviarlas a los allegados o coleccionarlas como recuerdo de la visita. Las postales se convierten en el souvenir por excelencia. Es barato de producir, existe gran variedad y resulta fácil para almacenarlo y transportarlo. Pero además, estas postales son un fiel reflejo de los destinos turísticos y aportan hoy datos documentales que nos ayudan a conocer diferentes espacios.
Tal es el caso de la Alhambra, monumento popular para ser representado en las tarjetas postales y cuya representación en este formato nos muestra la imagen que se transmitía del lugar. Además, en 1961 se inaugura en la Alhambra una estafeta de Correos que hasta tenía un matasellos especial, facilitando así el envío desde el propio lugar de los postales. En muchas de las postales realizadas de la Alhambra desde finales del siglo XIX se pueden ver piezas o elementos que originalmente estaban ubicados en el monumento y que hoy están en el Museo de la Alhambra.
Tal es el caso del Jarrón de las Gacelas, una de las piezas del museo que, por su belleza y simbología, más presente ha estado en las tarjetas postales. Ésta es una de estas tarjetas postales en las que aparece el Jarrón de las Gacelas, impresa con fototipia sobre cartulinas usando varias tintas para tratar de mostrar los tonos azules y dorados de la cerámica. El Jarrón de las Gacelas estuvo ubicado en la Sala de Dos Hermana de la Alhambra, y en este lugar fue fotografiado y reproducido en tarjetas postales, tanto formando parte de vistas generales como de detalle. Aunque las imágenes puedan ser muy similares, fueron realizadas por fotógrafos diferentes y puestas en circulación por distintos editores. El fotógrafo parisino afincado en Barcelona Lucien Roisin Besnard (L. Roisin) fue uno de los que comercializó estas postales del Jarrón de las Gacelas durante la primera mitad del siglo XX; o el fotógrafo granadino Abelardo Linares, que tuvo estudio en la Alhambra nº 66 y 68, entre otros. Algunas de las postales tienen la información en español, inglés y francés, lo que nos habla de la existencia de un turismo internacional. Cuando el Museo de la Alhambra, entonces Museo Nacional de Arte Hispanomusulmán estuvo ubicado en el piso superior del palacio de Comares, el Jarrón de las Gacelas, que ya formaba parte de colección, estuvo expuesto en este lugar como pieza destacada. Y también en postales como ésta, de la Editorial En su Mano, fechado en torno a 1960-1970. En este postal se aprecian además tras piezas del Museo de la Alhambra, como la fuente de Dar al-Arusa, le yesería del Generalife y una de las antiguas vitrinas del museo con piezas del ajuar de mesa nazarí. En el Archivo de la Alhambra se conservan fotografías de esta etapa del museo muy similares a este postal.