La directora general del Patronato de la Alhambra y Generalife, María del Mar Villafranca, ha presentado esta mañana el proyecto de restauración de la armadura de madera con vidrios de colores del Patronato de la Alhambra y Generalife, una pequeña estancia situada en el norte de la Sala de Dos Hermanas y perteneciente al Palacio de los Leones (construido por Muhammad V entre 1370 a 1380). El Sala de Dos Hermanas ha sido el encargado de intervenir en este techo, pieza única de estas características que se conserva en el Monumento, que, a modo de linterna cenital, está realizado a base de cristales de colores ensamblados en una estructura abovedada de madera.
La intervención, que ha tenido un presupuesto de 74.424,81€, ha servido para detectar varias patologías que presentaba el techo como la abundante suciedad superficial depositada sobre la armadura, por la entrada de polvo y material orgánico procedente del exterior; deformaciones, grietas, roturas y pérdidas del soporte de madera como consecuencia de ataques biológicos como la humedad y la lluvia, lo que también ha motivado la oxidación de elementos metálicos, vidrios fragmentados y pérdidas de policromía.
Asimismo, además de la consolidación material y estructural del techo, construido en madera de pino, de planta rectangular y con forma de artesa invertida, restauración ha dado como resultado la datación de peinazos y argeute; reconstrucción de la historia material del Monumento a través de pruebas documentales escritas y gráficas; descripción de las fases constructivas y de montaje del techo; documentación de los distintos tipos de peinazos, se han recogido 59 tipos diferentes, modo de ensamble y sistema constructivo, y aparición de dibujos, la mayoría preparatorios para la talla, tras las palmetas y piñas del friso.
La determinación de la técnica de fabricación de los vidrios originales, composición y tipo de coloración mediante su comparación con vidrios originales del Museo de la Alhambra, ha sido otra de las principales líneas de investigación de esta intervención, ya que es la primera vez que se han analizado cualitativa y cuantitativamente vidrios de estas características, demostrando, a través del hallazgo de pequeños fragmentos de vidrio, que los colores empleados fueron el incoloro, violeta, melado, azul y verde.
Asimismo, los materiales empleados en la restauración, como el uso de fibra de vidrio, ha reforzado las uniones de la madera y ha añadido un mínimo peso a la estructura; mientras que el sistema reversible de pinza para la sujeción de los vidrios ha permitido la fijación de éstos sin necesidad de adherirlos al soporte de manera que permite el movimiento libre de los vidrios.
Considerado por los expertos como una pieza “imprescindible” para recordar cómo serían los cierres, las celosías de la mayoría de las ventanas de los espacios palatinos de la Alhambra, el techo del Museo de la Alhambra ha sido intervenido en varias ocasiones, debido a la gran complejidad y calidad técnica de su estructura, tanto para reforzar los peinazos como para reponer vidrios perdidos o rotos.
Por este motivo, la intervención en la armadura de madera, que ha tenido una duración de doce meses, ha estado enfocada en facilitar el mantenimiento posterior del techo. Para ello, se han colocado unas plataformas auxiliares abatibles con líneas de vida para la sujeción de los restauradores y unas ventanas de vidrio practicables desde el exterior que facilitan la entrada a la torre para las operaciones de conservación. Además, se ha dotado a este espacio de una iluminación especial de última tecnología led para percibir la riqueza y el cromatismo de la bóveda tras su restauración.