Los cultivos de la Alhambra recuperan el esplendor de la época andalusí. Desde 2008, el Patronato desarrolla un estudio y diagnóstico de las huertas del Generalife para su puesta en valor. Este trabajo pretende, a partir del análisis de múltiples fuentes de evidencia como archivos documentales, cartografía e imágenes, citas y descripciones de viajeros, estudios arqueológicos, de suelos, y pólenes, entre otros, proponer un catálogo de actuaciones para recuperar el paisaje, los cultivos y la vegetación de época medieval, favorecer el conocimiento y visita de estos espacios, así como potenciar la distribución y la comercialización de productos asociados a los cultivos de las huertas del Generalife.
En ellas y en los demás terrenos del entorno se cultivaban, durante la época nazarí, hortalizas, legumbres y frutales, a lo largo de todo el año, para el abastecimiento de la corte, sin depender en exceso de otros mercados. Una de las mayores aportaciones de los árabes de al-Ándalus en este campo fue la introducción y extensión de especies como espinacas, alcachofas, sandías, melones, granados, moreras, melocotoneros o almendros.
El Generalife (Yinan al-‘arif, Huerta del Arquitecto) era una almunia situada en la parte baja del Cerro del Sol, al norte de la ciudad de la Alhambra, del que se encontraba separada por un pequeño barranco, conocido actualmente como del Rey Chico. Con discretos palacios en su parte más alta, se trataba de una finca de recreo o descanso de los monarcas nazaríes, extramuros de la ciudad, recorrida longitudinalmente por la Acequia Real. Esta obra de ingeniería permitía, junto con diversas albercas y otros dispositivos hidráulicos, el mantenimiento de amplias huertas, numerosos árboles frutales y ornamentales, en torno al Palacio que lo preside, así como íntimos jardines en su interior.
La finca, cercada originalmente en buena parte de su perímetro, está organizada en paratas, gracias a la disposición de gruesos muros de contención, que aún perduran tras más de siete siglos desde su construcción. Fuera ya de los espacios palaciegos, la acequia irrigaba una amplia superficie de más de siete hectáreas del Generalife, en diversas huertas que han llegado hasta la actualidad con el nombre de Grande, Colorada, Mercería y Fuente Peña, las cuales, con mayor o menor intensidad, no han dejado de cultivarse desde época medieval.
El Patronato de la Alhambra y Generalife lleva a cabo este proyecto a través de un convenio con la Universidad de Córdoba y la Escuela de Estudios Árabes del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
Rafael de la Cruz. Jefe del Departamento de Jardines y Bosques del Patronato de la Alhambra y Generalife.