La creación del Museo unido a la historia de la conservación de la Alhambra
El Museo de la Alhambra conserva y exhibe objetos culturales procedentes en su mayoría de la misma Alhambra, bien usados en el momento durante siglos, bien hallados en excavaciones y en las labores habituales de conservación y mantenimiento hasta nuestros días. En palabras de Leopoldo Torres Balbás, «habrá pocos museos arqueológicos en España que se hayan ido formando de manera tan natural como el de la Alhambra».
El momento germinal del Museo cabe remontarlo a cuando los sultanes nazaríes vivían en la ciudad palatina de la Alhambra (1238-1492). Ya entonces se atesoraban y se reutilizaban ciertas piezas artísticas de épocas anteriores consideradas de un valor especial. Esos y otros objetos se fueron almacenando paulatinamente en diferentes lugares de la Alhambra. Con el tiempo, su número se incrementa de forma considerable con nuevas piezas aparecidas en excavaciones y otras que, ante el temor de su desaparición por deterioro en los espacios palatinos –en especial, yeserías, alicatados y maderas ornamentadas–, se decide desmontarlas y protegerlas. Es durante el siglo XIX cuando el conjunto de objetos empieza a tener un aspecto de colección. Hacia el 30 de octubre de 1870 se conoce el nombramiento de una Comisión «[…] para efectuar la clasificación y alojamiento, lugar conveniente de los objetos antiguos dignos de conservarse y que existen en los almacenes o en algunas estancias del palacio árabe […]». A comienzos del siglo XX, por petición de Manuel Gómez-Moreno González, las primeras salas de exposición, despachos y almacenes del primitivo Museo ocupan las plantas altas de los palacios de Comares y Leones.
En junio de 1910, se promueve la terminación del Palacio de Carlos V para instalar el «Museo de Arte Islámico Español». Entre 1923 y 1936, durante la etapa de Leopoldo Torres Balbás como arquitecto-conservador de la Alhambra, la colección se incrementa considerablemente con ingresos de piezas de excavaciones y se consolida el primitivo Museo.
En 1942, el Museo de la Alhambra se crea administrativamente como uno más de los Museos Estatales. Por Decreto de 9 de marzo de 1940, se crea un Patronato para la instalación de residencia y Museo en el Palacio de Carlos V de Granada. La intervención de este Patronato, y muy directamente por el empuje de Manuel Gómez-Moreno Martínez, propone la inclusión dentro de las Colecciones Estatales, que se realiza por la Orden del Ministerio de Educación Nacional por la que se incorpora al Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos (BOE nº 241, 29-VIII-1942) como Museo Arqueológico de la Alhambra. En los primeros días del año 1943, se destina como director del Museo al funcionario del Cuerpo de Archivos, Bibliotecarios y Arqueólogos Jesús Bermúdez Pareja.
En 1974 es nombrado subdirector-conservador Antonio Fernández Puertas, que en 1979 acabará ocupando la plaza de director hasta 1992, continuando la labor de su antecesor de enriquecimiento y estudio de los fondos museísticos. En esta etapa, que se complementa con el ingreso de Purificación Marinetto Sánchez como conservadora-jefe del Museo, se lleva a cabo una constante y profunda labor de estudio de los fondos.
A partir de 1994 el Museo cambia su nombre a Museo de la Alhambra y queda unido al Patronato de la Alhambra y Generalife, en el Departamento de Conservación de Museos, junto al Museo Ángel Barrios y la Colección Artística del Patronato de la Alhambra (CAPA).