Programación de actividades de Conservación, Mantenimiento y Restauración

Las obras y actividades de conservación, mantenimiento y restauración que no requieren proyecto son plasmadas en una programación de carácter semestral en donde se planifican y se especifican los criterios de intervención de las actuaciones sistemáticas y programadas. Unas, actuaciones sistemáticas de carácter continuado y puntual sobre los pavimentos, fábricas, áreas urbanas, elementos de piedra, madera, yeserías… y otras, programadas, de mayor calado y que ocupan mayores áreas y elementos pero todas encaminadas a la conservación y sostenibilidad del Conjunto Monumental. La programación del segundo semestre del 2019 comprende veinte actuaciones programadas de diversa naturaleza, entre otras se encuentran las siguientes:

Mantenimiento de pavimentos y muretes en área arqueológica de Tenería y Jardines de San Francisco:

El amplio sector oriental de la Alhambra, por lo que hoy se conoce de su organización originaria, estuvo ocupado por viviendas y, fundamentalmente, por pequeñas industrias artesanales, todo ello al servicio de la corte nazarí. Con las voladuras napoleónicas en los primeros años del siglo XIX, este amplio espacio quedó muy dañado recibiendo desde entonces el nombre de “el Secano”. En la parte central del mismo, ubicada en la cota más alta de la colina de la Alhambra, desde finales del siglo XIX y a lo largo del XX se realizaron diferentes excavaciones arqueológicas que dieron lugar a la aparición de diferentes construcciones, en su mayoría relacionados con los elementos hidráulicos: se descubrió una tenería para el curtido de pieles, albercas, muros, pavimentos, testimonio de su pasado que, siguiendo diferentes criterios de conservación recibieron diferentes tratamientos, integrándolos entre elementos de jardinería, hoy consolidados como referente . Por su proximidad al recinto del convento franciscano, edificado en el siglo XVI sobre un palacio nazarí, que hoy constituye un Parador de turismo, recibe el nombre de “Jardines de San Francisco”.

Por el transcurso natural del tiempo y uso esta área se ha visto progresivamente deteriorada en sus pavimentos, trazas y restos de estructuras de antiguas edificaciones y tenería. Es por ello necesario, acometer una intervención global de conservación que abarque toda esta zona, renovando los pavimentos blandos existentes y realizando un saneado y consolidación de los muretes y solados que quedan como testigo de las construcciones que un día ocuparon esta zona.

Reparación de Muro de mampuesto frente a Torre de los Picos:

El sector de la Alhambra desarrollado en torno a la Torre de los picos y la Puerta del Arrabal encierra numerosas claves de su pasado, aún en parte por descubrir. Probablemente fue uno de los primeros asentamientos del recinto nazarí, que ya en la segunda mitad del siglo XIX, cuando la Alhambra pasa a ser Monumento nacional, aparece distribuido en pequeñas fincas particulares producto de las compartimentaciones del alcázar del Partal y de la huerta de Santa María. Incorporándose a la titularidad pública desde entonces, mediante adquisición o expropiación, han conformado estructuralmente todo este amplio sector del recito. Ejemplo de ello es el “Carmen de Arratia” cuya incorporación en los años veinte del siglo pasado por Leopoldo Torres Balbás, sirvió para articular la visita por el paseo de la muralla y las torres, entre el Partal y el Generalife, que aún se mantiene.

Una de las tareas de conservación a acometer en esta área es la reparación y consolidación de uno de los muros que linda con el inicio del paseo de la torres, con el objetivo de reparar los daños ocasionados al mismo por el empuje ejercido por el terreno que contiene y por las raíces del árbol tipo almez que se encuentra en dicho terreno.

Repavimentación de la Plaza de los Cañones:

La ciudad palatina de la Alhambra presenta como tal una compleja articulación de edificios, calles, placetas…. protegidos por la muralla que los circunda; al margen de la puerta por la que se acceda al interior, desde el siglo XVI la potente construcción del palacio de Carlos V se convirtió en la referencia visual del conjunto. Su proyecto, para cuya fachada principal se había diseñado una gran plaza de Armas, no llegó a ejecutarse por completo, aunque sí quedaron las explanaciones del terreno por delante de sus portadas, que dieron lugar a un amplio espacio abierto que tradicionalmente recibió el nombre de “las Placetas”. En este lugar, situado casi en el centro de la Alhambra, se organizaron los tránsitos a sus diferentes ámbitos, manteniéndose en la actualidad como zona esencial para la visita. En la historia moderna del recinto, en torno a sus diferentes niveles se ha ido articulando, además de los descubrimientos arqueológicos, las propias necesidades de mantenimiento del recinto. Así, con la llegada de la electricidad al monumento, hubo necesidad de instalar postes para el cableado que, en lugar tan abierto, se hicieron muy evidentes, dando lugar a su denominación como “los palos”; o, los cañones que estuvieron empotrados desde el siglo XVIII ante la portada del palacio de Carlos V, e instalados sobre cureña a finales del siglo pasado, propiciaron la actual denominación como “Placeta de los Cañones”.

El actual pavimento de la placeta se realizó en su momento para habilitar esta superficie como zona de aparcamiento, ya en desuso, aledaña al Palacio de Carlos V presentando en la actualidad un avanzado estado de deterioro y un acabado desgajado del entorno. Dicha zona en la actualidad ya no se utiliza con estos fines y es paso habitual del visitante del Conjunto Monumental que disfruta desde su mirador de la Torre de la Justicia y Bosque de Gomérez, sin saber que bajo sus pies se encuentra el llamado Camino de Ronda. Es por ello, que la actuación a llevar a cabo no solo está destinada a recuperar y proporcionar un pavimento en buenas condiciones, sino también ofrecer unas características estéticas y funcionales más adecuadas a su uso peatonal y, a su vez, integrado con el entorno.