El Arrayán
La planta más característica de la Alhambra y Generalife es, sin duda, el arrayán (término procedente del árabe al-rayhan, “el aromático”, por el olor que los aceites esenciales de sus hojas desprenden al frotarse). Su intenso uso y cultivo como especie ornamental se debe a su fina textura, su relativamente rápido crecimiento, sus delicadas y perfumadas flores blanquecinas, y su capacidad de aceptar la poda para la formación de setos y otras formas topiarias.
Entre sus numerosas variedades y cultivares, adquiere especial significación el llamado “arrayán morisco”, de hojas abarquilladas y de mayor tamaño, ya citado en textos de los siglos XVI y XVII, antiguamente utilizado de forma amplia en espacios ajardinados granadinos, y del que hoy sólo que- dan en el recinto monumental dispersos ejemplares, algunos de ellos centenarios. Por ello, su estudio, recuperación y multiplicación es, en la actualidad, objetivo destacado del Patronato de la Alhambra y Generalife.