El Palacio de Dār al-ArŪsa
Durante El Palacio de D?r al- ?Ar?sa o casa de la Desposada, es una almunia real que se construye en el siglo XIV bajo el reinado de Mu?ammad V. Situado en la dehesa del Generalife y a 900 metros sobre el nivel del mar. Es el más alto edificio construido en el reinado Nazarí, tanto es así que sería denominado como “la corona del reino”. El gran Ibn al-Ja??b, visir del rey, nos dice que “ceñían a modo de brazaletes en el siglo XIV las almunias y granjas reales” haciendo referencia al Generalife, Los Alixares y D?r al- ?Ar?sa, “el Generalife no colmó el deseo de alejamiento y contemplación de vastos panoramas de los señores de Granada y levantaron otras alcazabas y pabellones”… ”Sus contornos no están desnudos de viñas y huertos sino que más bien al contrario, abundan en extremo, con un alto rendimiento pues se recogen en un año mil monedas de oro, llenando las tiendas de verdura fresca y excelentes frutas”.
El estudio del mundo periurbano que rodea La Alhambra, es fundamental para su comprensión. Destacar su altura, sus bellas vistas, las huertas y árboles frutales que lo circundan, los jardines y surtidores, un paraíso pensado para el deleite y disfrute de los reyes.
Iniciaremos este recorrido en la llamada Silla del Moro, que no es ajena a este espacio, ya que como veremos, los arqueólogos la citan, por formar parte de una segunda cerca que rodeaba al Palacio. Seguiremos avanzando, haciendo una breve referencia al sistema hidráulico que dio vida a toda esta dehesa y nos acercaremos a la valla que protege los restos de la Almunia real, analizando, sobre el plano de planta realizado por Don Leopoldo Torres Balbás, las distintas dependencias.
Tempranamente se abandona su mantenimiento, debido al acoso y empobrecimiento de los últimos años del reino Nazarí y así aparece reflejado en las crónicas de los historiadores y escritores de principios del siglo XVI “ahora está todo en ruinas y sólo se ven algunos trozos de camino y los estanques sin agua”.
Por estos espacios pasarán los destrozos de la guerra, primero la rebelión de los moriscos de 1568 que libraron por este monte importantes enfrentamientos y después, a principios del siglo XIX, las tropas napoleónicas, que horadaron toda la zona de trincheras y fosos, pusieron baterías de artillería tomando como blanco las torres de la Alhambra, modificaron estructuras medievales adaptándolas a sus necesidades defensivas y lo volaron todo en su retirada.
Recuperar los restos arqueológicos nazaríes, sin llegar a ser reconstruidos, así como poner en valor estas ruinas, fue el propósito del conservador Torres Balbás y de aquéllos que le sucedieron en las tareas de excavación.
Lugar: Museo de la Alhambra, Palacio Carlos V