Muhammad V: Vida y soluciones decorativas en la Alhambra
Muhammad V gobernó el sultanato nazarí entre los años (755-760)/(1354-1359 y (762-793)/( 1362-1391) en dos periodos distintos.
Tras el asesinato de su padre Yusuf I (1333-1354) cuando éste se encontraba orando en la Mezquita Mayor de la Alhambra. Muhammad V era reconocido, aceptado y proclamado heredero y nuevo sultán con tan solo 16 años. En esta primera fase 1354-1359 dejó el poder en manos del hayid de su padre Ridwan, con la ayuda de Ibn al-Jatib. El 23 de agosto de 1359 fue destronado por una conspiración y asumió el poder su hermanastro Isma´il, pero a los pocos meses su pariente Muhammad ocupa el poder tras asesinar a Isma´il.
Durante tres años estuvo exiliado en el reino meriní de Fez, pero vuelve a recuperar el sultanato en 1362 con la ayuda del rey castellano Pedro I. Da comienzo la fase de gobierno más fructífera y duradera de su mandato, coincide con el esplendor cultural, artístico y constructivo ya iniciado por su padre Yusuf I.
La Alhambra actual es casi por completo del reinado de Muhammad V. Este hombre se puso a trabajar recién llegado del exilio en Fez.
En el periodo constructivo “clásico”, es cuando se llega a la cumbre monumental y de ornamento más evolucionado nazarí, es con su padre Yusuf I. A Muhammad V se le adjudica el llamado “tercer periodo” en el que utiliza algunas soluciones decorativas que consiguen a través del estilo, una evolución efectista y preciosista, es una explosión de imaginación y creatividad.
Algunas características de este estilo nos podrían llevar a apreciar diferencias en comparación con sus antecesores, que pueden ir: desde la variedad de plantas en relación con los alzados y combinación de espacios, a la belleza proporcional de éstos, a la elegancia que trasmiten columnas por su finura y esbeltez y la distribución de ellas, por el uso tridimensional de los mocárabes en arcos, bóvedas, pechinas, etc, por la utilización de arcos y columnas exclusivamente decorativos, por los paños de alicatados, solerías, por los detalles naturalistas, por las esculturas de fuentes y leones, por las pinturas góticas… y por la excepcional elaboración técnica y artística de las cerámicas vidriadas reconocidas en todos los ámbitos medievales.
En cuanto al color, es clave para completar la belleza que envolvía la Alhambra, afortunadamente nos han quedado pequeños restos, los suficientes para revestir e imaginar cuál sería su aspecto original, lo que hemos podido hacer a partir de los magníficos trabajos publicados de investigación y análisis.
La Alhambra que conocemos actualmente es la de Muhammad V; lo hace con las obras del Mexuar, en los baños, levanta la excepcional Fachada de Comares, termina el Qasr al-Sultán (Palacio de Comares), construye el Qasr Riyad al-Sa´id (Alcázar del Jardín Feliz) (Palacio de los Leones), etc.
Su actividad política la dedica a conseguir treguas que le permitieron mantener su pequeño reino granadino y afianzarse en el poder. Todo facilitado por un buen trabajo diplomático, con Pedro I de Castilla, en ocasiones con el reino de Aragón, con Túnez, con el reino meriní de Fez, llegando incluso a mantener relaciones con los mamelucos de Egipto.
En cuanto a su vida, el lojeño Ibn al-Jatib (1313-1374), al que debemos buena parte de la historia del reino granadino, nos describe a Muhammad V dotándolo de un excelente nivel intelectual y un agraciado físico en su obra “al- Lamha al-badriyya”.
Pocas dudas por lo tanto nos quedan para consensuar la enorme importancia de este granadino, que protagoniza tal vez el último periodo de esplendor y estabilidad del Reino Nazarí y nos deja esta Ciudad Palatina que es reconocida y admirada por cuantos la visitan y un orgullo para todos nosotros.
Autor del artículo: José González Vílchez