Los capiteles de la Casa de los Girones
En la ciudad de Granada perviven variados ejemplos de arquitectura doméstica hisponomusulmana, casas y palacios que se han conservado y que nos permiten conocer cómo era la vivienda nazarí. Un ejemplo de ello es la Casa de los Girones, en el barrio del Realejo, ubicada cerca de la muralla zirí y próxima a la Bab-Alfajjarin o Puerta de los Alfareros. Se construyó en el siglo XIII sobre una rábita almohade. En su larga existencia ha pasado por diferentes etapas y vicisitudes, en el siglo XIII pasó a ser propiedad de Muhammad II, que hizo de ella una residencia palatina. A finales del siglo XV se anexó a una casa almunia de la familia de Boabdil.
Tras la toma de la ciudad de Granada por los Reyes Católicos, esta casa pasó a ser propiedad de la Inquisición, hasta que en el año 1554 fue adquirida por Diego Téllez Girón, del que tomó el nombre con el que actualmente se le conoce de Casa de los Girones. El Estado compró la casa en el año 1930 y a continuación fue restaurada por el arquitecto conservador de la Alhambra, Leopoldo Torres Balbás. Con el paso del tiempo y los nuevos usos que se le fue dando, la casa fue intervenida, se le agregaron nuevas estancias y redujo su superficie total. Originalmente la casa tenía la estructura de una morada típica hispanomusulmana, con fachada lisa y casi sin ventanas al exterior y entrada en recodo para evitar las miradas indiscretas. Cuenta con un patio central, que aportaba La Luz y ventilación a las estancias, y gran alberca rectangular . A cada extremo del patio se encontraban los pórticos, y en el lateral galería. Conserva aún in situ restos de yeserías, con decoración epigráfica, geométrica y vegetal; y de decoración de pintura mural, formadas por medallones con ataurique, motivos piriformes y caligrafía árabe, pintados originalmente en tonos rojos y negros. En esta casa se reutilizaron en sus construcciones capiteles de acarreo, piezas de época emiral y almohade que se aprovecharon de nuevo ubicándolas en este espacio. Esta utilización de capiteles de etapas anteriores es algo común en el arte hispanomusulmán, se puede ver en la primera mezquita de Córdoba, en la Alhambra en espacios como el Patio del Harem, y en distintos edificaciones de la Granada nazarí, como el Bañuelo.
Los capiteles reutilizados en la Casa de los Girones se pueden contemplar hoy en el Museo de la Alhambra. Un ejemplo de ello es este capitel corintio de mármol blanco, datado en el siglo IX en época de Abd al-Rahman II. Presenta un cálatos troncocónico invertido muy pronunciado, volutas estilizadas y ábaco cruciforme de un solo piso. Tiene una decoración clásica y naturalista, presenta el cálatos con una sola fila de ocho hojas de acanto que se despegan y caen en la parte superior. Las volutas angulares, que apoyan en los tallos que parten del cálatos, no tienen aspecto vegetal, sino que reproducen un doble tallos enroscado hacia los ángulos y más pequeños hacia el centro formando espirales. En los tacos del ábaco aparece un florón típicamente clásico.
Otro capitel corintio de esta misma etapa emiral es esta otra pieza trepanada. Está formada por un cálatos troncocónico invertido, ábaco cruciforme de dos pisos y base plana sin collarino. La vegetación en este caso es más naturalista, en el calatos presenta tres filas de cuatro y ocho hojas de acanto contrapeadas sobre tallos. A cada lado de la hoja central de cada lateral, de la fila intermedia de acantos aparecen los tallos ascienden hasta enrollarse formando unas volutas que hoy se han perdido. El taco del ábaco muestra un florón de origen clásico. Destaca en la pieza la presencia de algunos restos de policromía. fondo o superficie del cálatos en rojo y azul para recortar los vegetales del fondo. Quedan también algunas partes con imprimación sobre los vegetales, pero el color original se ha perdido. Estas piezas son contemporáneas a las creadas para la segunda ampliación de la mezquita de Córdoba durante la etapa de Abd al-Rahman II.
También de época emiral, aunque en este caso de tipo compuesto es otro capitel de mármol blanco de similar época (siglo IX). A pesar de estar realizado en orden compuesto, tiene unas características muy cercanas al corintio, de ahí su parecido al ejemplo anterior. Presenta un cálatos ligeramente troncocónico invertido, pequeño equino liso tapado en parte por la decoración sobrepuesta, un ábaco cruciforme de dos pisos marcados por un surco y base plana sin collarino. Tiene una talla clásica y, menos el ábaco y la parte visible del equino, toda la superficie se encuentra trepanada. Decorativamente presenta dos filas de ocho hojas de acanto contrapeadas sobre tallos en el cálatos, con dos tallos que ascienden hasta el ábaco formando nuevas hojas de acanto y crean el inicio de unas volutas actualmente perdidas. De estos mismo tallos parten motivos de hélices que tapan parte del equino. El taco del ábaco muestra un florón de origen clásico. Los capiteles emirales no son los únicos que estuvieron presentes en esta Casa de los Girones y formaron también parte de este lugar dos piezas almohades. Se trata de unos capiteles compuestos de mármol blanco de talla profunda, dura y muy geométrica, que los diferencia bastante de ejemplares de etapas anteriores. Constan de cálatos cilíndrico que tiende a la forma troncocónica invertida, astrágalo y equino lisos, y ábaco cruciforme de brazos curvos. La decoración vegetal es tan estilizada que prácticamente aparece reducida a formas geométricas. El cálatos está provisto de dos filas de ocho hojas de acanto cada una, que sobresalen mucho del perfil y se giran para ofrecer una cara que mira al suelo. Bajo el eje y laterales de las puntas de acanto parten unos surcos que delimitan el recorrido de la hoja. Las volutas superiores se convierten también en elementos totalmente geométricos. Estas piezas siguen la tradición de capitel de hoja lisa utilizado desde la etapa califal de Abd al-Rahman III.
La reutilización de todos estos capiteles en la Casa de los Girones muestra la admiración que existía por las piezas de épocas anteriores y en valor que se le otorgaba, de ahí el interés por reutilizar estos ejemplares en las nuevas construcciones.
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