Los trabajadores de los museos
Un museo no es solo un edificio o una colección. Es también la suma de personas que día a día trabajan en él, que velan por el buen estado de las piezas, que estudian y investigan sobre los objetos, que organizan las actividades y las exposiciones y que hacen que todo el engranaje del museo funcione. Los perfiles que trabajan en un museo son amplios y variados, pues es un espacio en el que conviven muchas profesiones y especialidades. En esta ocasión os presentamos algunos de ellos:
Conservador de museos. Figura clave en la estructura del museo, se ocupa de organizar, gestionar, conservar, documentar, difundir e investigar la colección del museo. Entre sus conocimientos se encuentran tanto elementos teóricos de la museología como el enfoque práctico de la museografía, así como los relacionados con la temática del museo y sus colecciones. Entre sus conocimientos y habilidades son comunes aquellos relacionados con los medios de catalogación, conservación, investigación, comunicación, difusión y gestión aplicados a la colección y a las características del museo en el que trabaja. Las funciones concretas de cada conservador depende de cada institución y del número de conservadores en plantilla (en un museo de más envergadura con más número de profesionales la especialización es mayor que en uno de tamaño más reducido), pero en general son prácticas comunes a esta profesión: la definición museológica del museo; la investigación sobre las colección; labores de conservación preventiva; el tratamiento técnico de los fondos; el desarrollo de programas de divulgación y difusión; el desarrollo de exposiciones; la responsabilidad social y la sostenibilidad; la relación con otros organismos, instituciones y colectivos; o la resolución de problemas técnicos. En los últimos tiempos, estos perfiles se han abierto además a nuevas prácticas como la comunicación, el marketing o la digitalización.
Restaurador. Los restauradores son los profesionales encargados de la conservación, preservación y restauración de las piezas del museo. Su misión es frenar, en la medida de lo posible, el deterioro que puedan sufrir los bienes culturales por el paso del tiempo o el medio físico; estabilizar su estado y reparar los daños que puedan tener; y prevenir posibles complicaciones futuras que puedan poner en riesgo su conservación. Ante la diversidad de materiales a intervenir (cerámica, madera, yeso, metal, piedra, papel?), así como la variedad de objetos (cuadros, esculturas, piezas arqueológicas, elementos arquitectónicos, etc) suele existir una especialización dentro de este ámbito. El trabajo del restaurador implica la evaluación de los objetos a intervenir o conservar, así como los estudios técnicos necesarios para un correcto conocimiento que permita diagnosticar los problemas y necesidades de cada pieza en concreto, así como los tratamientos más adecuados a aplicar. El proceso de restauración puede implicar la intervención directa sobre las piezas, en un proceso que se documenta a través un registro detallado y con la elaboración de los informes y estudios oportunos. Los restauradores trabajan bajo la base de mínima intervención sobre los objetos, y siguiendo los principios de estabilidad, legibilidad y reversibilidad. Todas las intervenciones que impliquen algún tipo de añadido sobre el objeto, deben además de ser identificables. En este vídeo se puede ver parte del trabajo de restauración que se está llevando a cabo sobre unas piezas de cerámica arquitectónica del Museo de la Alhambra.
Catalogadores. Los catalogadores son los encargados de llevar a cabo los procesos técnicos de clasificación, inventario y catalogación de los fondos de un museo, siguiendo para ello los protocolos previamente establecidos. Su formación está relacionada con la tipología de los bienes a trabajar, en el caso del Museo de la Alhambra este trabajo se lleva a cabo por historiadores, arqueólogos e historiadores del arte, especializados en arte islámico y con conocimientos de documentación. El registro e inventario individualizado de todas y cada una de las piezas de un museo es un proceso básico imprescindible para el control y la gestión de las colecciones, por lo que a cada uno de los bienes se le asigna un número propio e irrepetible que, en las medidas de las posibilidades, es signado sobre propio objeto. El inventario del mismo implica su identificación detallada, en la que se incluyen los principales datos de la pieza y sus dimensiones, además se acompaña de las fotografías necesarias para su adecuada filiación. El proceso de catalogación es un avance en cuanto a la labor de inventario, e implica aumentar la información sobre el objeto incluyendo una descripción detallada de la pieza, así como la asignación a un periodo o cronología concreta. El proceso se hace siguiendo siempre unos criterios científicos y similares para todos los catalogadores que intervienen en el proceso. El inventario y catalogación de los fondos del museo es una labor necesaria para, en primer lugar, la correcta identificación y control de cada uno de los objetos que forman parte de la colección y, en segunda lugar, para facilitar su estudio e investigación. Desde 1996 los museos españoles cuentan con el Sistema Integrado de Documentación y Gestión Museográfica DOMUS, que normaliza unas estructuras de inventario y catalogación comunes para todos los museos, automatizando los procesos de gestión relacionados con el control y movimiento de las piezas
Educadores de museos. La educación es uno de los principios básicos de los museos, y como tal queda recogido en la definición de museo dada con el ICOM. Para garantizar esta función cada vez está más presente en los museos la figura del educador, trabajadores que tienen como fin intermediar entre las piezas expuestas y el público visitante, para acercar el discurso del museo y su colección. El educador de museo tiene entre sus funciones el desarrollo y planificación de las visitas escolares y grupales, y el acompañamiento durante las mismas facilitando la interpretación d los bienes culturales. El objetivo es mejorar la experiencia del visitante a través de unas figuras que adaptan las explicaciones y el tipo de visita al público con el que trabajan, haciendo más accesible y cercana la colección. n https://youtu.be/JqXBJ7QeUXY
Además de estos perfiles, también forman parte de un museo los ayudantes, auxiliares y personal administrativo, el personal de sala o los guías, así como toda una serie de profesionales que colaboran con el mismo como son los comisarios de exposiciones, diseñadores, montadores, transportistas de obras ed arte y un largo etcétera de trabajadores que con su labor consiguen que los museos cumplan sus funciones y se acerquen a su público.