Pieza invitada: portada de la Madraza Yusufiyya
Unas de las piezas invitadas que acoge en este momento el Museo de la Alhambra procedentes del Museo Arqueológico de Granada son el dintel de entrada y las lápidas epigráficas de la portada de la Madraza Yusufiyya de Granada.
Esta edificación se fundó bajo el mandato de Yusuf I (1333- 1353) por iniciativa de su primer ministro Ridwān. Ibn al-Jātīb, en la biografía que hace de este personaje, dijo: ?Fundó la Madraza de Granada, donde aún no existía, le asignó rentas, estableció en ella viviendas pemanentes [para los estudiantes] y nadie le aventajó en favorecerla; llegó a ser única por su esplendor, encanto, elegancia y grandeza y llevó a ella el agua del waqf abasteciéndola con carácter permanente? (traducción de Darío Cabanelas).
La madraza fue la primera institución pública de este tipo en al-Andalus. Se construyó en el año 1349, según se lee en su lápida fundacional, un momento tardío si se tiene en cuenta que es una figura que ya tenía un bagaje en el mundo islámico oriental. Su construcción debe situarse dentro del amplio programa constructivo llevado a cabo por Yusuf I. Era éste un momento de estabilidad, relativa paz y de florecimiento económico y político de la ciudad de Granada, los que permitió que se llevaran a cabo obras de entidad en Granada y la Alhambra. Su ubicación no fue casual, pues se erigió frente a la mezquita mayor de la ciudad.
Fue la madraza un centro de enseñanza superior en el que se estudiaba principalmente teología y derecho, el Corán, su exégesis (tafsir), los hadices del profeta y la jurisprudencia islámica o fiqh; así como otras disciplinas auxiliares como lengua, filosofía y literatura. Reputados maestros, expertos en distintas ramas del conocimiento, acudieron a dar clase a este centro, alcanzando gran importante durante su siglo y medio de actividad. Existió también en ella una muy importante biblioteca.
El sostenimiento de la madraza se conseguía a través de una serie de rentas que le fueron otorgadas en su fundación, entre las que se encontraban tierras, tiendas e inmuebles, y a lo que se fueron sumando donaciones posteriores.
Restitución de la portada original de la Madraza según R.Contreras, en Cabanelas Rodríguez. 1988.
El dintel está enmarcado por un alfiz epigráfico y alterna dovelas lisas con dovelas con decoración tallada vegetal. El texto reproduce la Basmala y tasliya: Dios es la Luz de los cielos y de la tierra. Su Luz es comparable a una hornacina en la que hay un pabilo encendido. El pabilo está en un recipiente de vidrio, que es como si fuera una estrella fulgurante. Se enciende de un árbol bendito, un oli[vo, que no es] del Oriente ni del Occidente, [y] cuyo aceite casi alumbra aun sin haber sido tocado por el fu[ego. ¡Luz sobre] Luz! Dios dirige a Su Luz a quien [Él quiere. Dios propone parábolas a los hombres. Dios es omnisciente.] En casas que Alá ha permitido [erigir y que se mencione en ellas Su nombre. En ellas Le glorifican, mañana y tarde, Hombres a quienes ni los negocios ni el] comercio les distraen del recuerdo de Alá, de hacer la azalá y de dar el azaque. Temen un día en que los corazones y las miradas sean puestos del revés. Para que Alá les retribuya por sus mejores o[bras y] les dé [más] de Su favor. Alá [pro]vee sin medida a quien Él quiere.
El edificio de la madraza fue fruto de un momento de esplendor cultural del reino de Granada y durante su existencia tuvo una gran importancia como centro formativo de primer nivel. Tras la caída del sultanato nazarí el edifico fue reconvertido por los Reyes Católicos en Casa del Cabildo en el 1500, realizándose a partir de ese momento diversas reformas para adaptar la construcción a los distintos usos que ha ido teniendo con el paso de los siglos.