Candil con cabeza de cérvido
Generalmente los candiles hispanomusulmanes se elaboraron en cerámica popular sin decoración; sin embargo, también existía una tipología de lámparas destinadas a las clases acomodadas, realizadas en bronce y en las que se prestaba especial atención a los elementos ornamentales.Un ejemplo de ello es este singular candil con cabeza de cérvico. Este candil emiral se eleva levemente sobre un anillo de solero bajo y su cazoleta o depósito tiene un diseño lenticular muy aplanado. El gollete del embudo presenta forma troncocónica invertida para facilitar el vertido del aceite. La parte más significativa del candil es sin duda al asa rematada en cabeza de animal. La figura del cuello es muy estilizada, de sección circular y perfil curvo, y desarrolla en su extremo una cabeza de cérvido muy naturalista y en la que se detallan ojos, labios saltones, nariz, orejas y cuernos. El hocico se encuentra muy desarrollado, alargando y curvando la mandíbula inferior para facilitar la sujeción de la pieza al ser transportada. El amplio desarrollo de la piquera permitía que la mecha se expandiera para proporcionar mayor radio de luz al tiempo que estaba en contacto con el depósito de combustible. Su funcionamiento se basaba en la combustión del aceite a través de una mecha o torcida de hilo de algodón. Era habitual que se echara sal gorda en el aceite para avivar la combustión y que se usara una despabiladera, en este caso no conservada, para atizar y limpiar la mecha. Este tipo de candiles se hacían por fundición mediante un molde de núcleo de arena. Está además cincelado con punzón. El candil ha perdido la tapa del gollete, pero sí conserva la bisagra en la que quedaría encajada. Esta pieza perteneció a la colección Gómez-Moreno.