Un paseo por el Generalife

El Conjunto Monumental de la Alhambra y Generalife se encuentra constituido por diversos elementos, todos y cada uno de ellos de gran valor patrimonial, que proporcionan a este lugar una idiosincrasia incomparable. La Alhambra, un espacio único, donde la configuración de la antigua ciudad medieval nazarí se ha conservado a lo largo del tiempo, convirtiéndose en referente para investigadores y visitantes de todo el mundo. � Uno de los elementos de gran relevancia para comprender la complejidad de esta antigua ciudad es el Generalife. Este espacio, levantado como residencia de campo concluyendo el siglo XIII, ha sabido conservar a lo largo de los siglos su entidad arquitectónica como espacio agreste de los diferentes sultanes. Una finca situada en el exterior del recinto amurallado de la Alhambra donde los sultanes nazaríes se apartaban en momentos de descanso. El Generalife, debido a su condición de finca rural, fue concebido desde su construcción como un espacio natural donde jardines y huertas formaban parte de su territorio y de la propia arquitectura. Huertas utilizadas para suministrar a los palacios, patios ajardinados estructurados meticulosamente y espacios boscosos constituyen este espacio singular. Es por tanto que los jardines del Generalife han sido, a lo largo de la historia, elemento esencial en la conservación, restauración y evolución de este espacio. Existen diferentes zonas ajardinadas, todas ellas de gran valor histórico, que configuran el recinto del Generalife. A continuación, se describirán cuatro de ellas que son ejemplo de la importancia que la vegetación ha tenido siempre en la historia de este lugar. �

� El patio de la Acequia, también conocido como patio de la Ría, constituye el espacio central del palacio del Generalife. Un patio ajardinado mediante parterres alargados y cuya configuración espacial viene determinada por la Acequia Real que lo atraviesa, introduciendo el agua entre sus muros levantados en el siglo XIV y regando con su agua constante la vegetación existente. �

� Al otro lado del muro del patio de la Acequia se encuentra el patio del Ciprés de la Sultana. Uno de los espacios que desde el siglo XVI ha ido sufriendo numerosas transformaciones hasta mostrar la imagen actual. Una alberca en U, que alberga numerosos surtidores de agua, en un espacio de frondosa vegetación que asciende a través de los muros anexos y que según la leyenda fue testigo del romance entre un caballero y la esposa de Boabdil. Un espacio singular donde la presencia de un gran ciprés centenario se impone sobre la propia arquitectura del palacio. �

� Tras los muros de este patio, y ascendiendo en el territorio, se encuentran los llamados Jardines Altos y desde donde se puede disfrutar de unas espectaculares vistas del Conjunto Monumental. �

� Por último, es importante destacar, los conocidos jardines Nuevos del Generalife. Creados para enlazar el recinto de la Alhambra con el palacio del Generalife y mostrar así un Conjunto Monumental aunado, a través de estos jardines, con la naturaleza y el territorio que los alberga. � � Texto de: Gonzalo De Lázaro Gonzalo (asesor técnico del Servicio de Investigación y Difusión) Alejandro Daza García (experto en arquitectura y patrimonio)